Hoy me quedaré a dormir, pero solo a eso; no quiero que rompamos las promesas.
Me acostaré a tu lado y cerraremos los ojos sin tocarnos. Te virarás de espaldas, me cubriré el cuerpo, y cada uno soñará con el encuentro que no tendrá lugar.
Sufriremos de insomnio.
Al amanecer me darás los buenos días, nos despediremos con las manos y pensaremos en nosotros. En la siguiente oportunidad avanzaremos un poco en el intento.
Quizás.