Gasto un día entero pensándote, sin saber de ti realmente. Gasto un día entero escribiendo mal, dejando escapar comas en lugares imposibles y dejando de colocar puntos donde son necesarios. Gasto mi vida pensando en ti. ¿Para qué si no leerás esto? ¿Para qué si nadie leerá esto?
Ya decía mi madre "lo que haces no es de Dios". Gastar un día sin saber de ti no es de Dios. Pero creo que me estoy confundiendo...ella se refiere a que tú y yo no podemos estar juntos. Porque Dios creó a la mujer y al hombre. Está mal que nos queramos, está mal que nos gastemos.
Ahí es donde se me escapan los párrafos. Ya no son solo signos, ahora son palabras, metáforas, intertextualidades. Escapo de ti para evitar la mirada inquisidora. Escapo de todos. Me encierro en mi cuarto, me ato a la cama, me entierro en mi imaginación; y lo siguiente que pasa es más tortuoso, es más doloroso: escucho a Nat King Cole. Mas, eso no es lo que me atormenta, es el hecho de no estar libremente contigo, de verte a escondidas, de verte falsamente, de verte y no hacerlo.
Escucho esas bellas canciones y pidote, a la distancia, en mi engaño, sin que te des cuenta, que me expliques lo que significa la palabra Amor. Pues ahora viene otra de mis dudas: ¿es cierto que me quieres? No sé. Pero es ridículo que espere una pronta respuesta si no me atrevo a preguntarte nada.
Amor. Sí, con mayúsculas. Amor. Mi mamá no lo entiende...cree que yo me obsesioné contigo porque como nunca me han querido, estoy confundido con las cosas que me dices, con las cosas que haces. "Eso es mentira. Ellos solo quieren follar y desaparecer" me dice, la muy malvada. Me dice que soy débil. Me dice mucho más, me dice tanto que odio lo que me dice. No sabe que fui yo quien se acercó a ti, no sabe que fui yo quien te pidió encontrarse, quien te dijo el día, el lugar y la hora. Ella no sabe que, en ocasiones, soy el malo, soy la "influencia".
Pero amor -ahora te hablo a ti-, yo quiero quererte. Aunque me muera de miedo. Aunque mi cacofonía me gane en el discurso. Aunque cometa mil y un errores. Quiero quererte. Aunque piense que para ti soy un capricho. Aunque me muera del maldito miedo. Amor, háblame de nuestro amor; dime que todo estará bien. Abrázame. Dime que tus besos serán quienes sueñen conmigo, que tu cabeza me quiere más que tu entrepierna. Amor, demuéstrame que puedes ser feliz conmigo, que me quieres. Que de verdad me quieres. Dame la felicidad avistada cada vez que me sonríes, cada vez que me besas y sonríes, cada vez que me miras y sonríes.
Yo también sonrío, cuando escucho el bolero sonrío pensando en ti. Soy un poco idiota y quizás, quizás, quizás pierdo el tiempo pensando, pensando más que actuando. Por eso mi mamá ahora me regaña tanto, por estar tan distraído, por desesperarme mientras pasan los días para verte. Para besarte. Para sentir los besos y colocar mal los puntos.
Me haces parecer idiota al escribir. ¿Cómo es posible que olvide dónde van las comas y los puntos y seguidos? No puede ser, no puede ser. Te exijo que me lo expliques, exijo que me expliques qué significa la palabra amor. Porque estoy confundido, estoy demasiado en mi mente, estoy feliz y estresado; feliz por ti, estresado por lo que vivimos. Me haces feliz, ¿te lo he dicho antes? Seguramente me haces feliz ya que nunca había tenido una relación. Pero prefiero no verlo así, prefiero que todo lo que me digas me haga feliz. Prefiero esperar a que me escribas y me hables de nuestro amor. Se escucha tan bonito cuando lo dices, cuando lo expresas.
Te odio, Dios. Te odio porque no me dejas ser feliz, porque si lo elijo a él me iré al infierno. ¿Es obligatorio tener una relación hombre-mujer, traer un niño al mundo, a este asqueroso mundo? Eso no quiero. Lo único que deseo es que me sigas haciendo feliz, amor.
Ahora bien, ya mis problemas de puntuación se notan. Lamento si te confundo. Profundamente lo lamento. Pero ya no te preocupes, ya voy a acabar. Mi última línea es una repetición, no sin antes disculparme por equivocarme con las acepciones y mis usos de la palabra amor.
Mi última línea es reiterar que lo quiero. Y sí, ya no es en segunda persona. Disculpa, querida audiencia, este desastre.
Rhcro