The riding knife. A story by Virgilio Leon Puppio, the poet of 106 Calicanto.
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The riding knife.
Here I leave this writing, made last year, today I found it in one of my notebooks.
These days, before the nostalgia to visit the Llano, remove the knife from the backpack, passing through the stone the 9-inch blade, quickly teaching the noble steel with its edge, for being an old tool of a machete of the Mark three channels.
Both the sheet and the handle, little by little I was shaping them to the side where I usually write, in my work bench, until I give it the desired finish. The grip of the knife was obtained in days of decline of one of the many trees of vera or linnet, shading the entire road of the Avenue Las Delicias of my city Maracay and steel, remains of an old machete three channels, packed and other junk in a lot of an abandoned house in Parapara de Ortiz.
I write these lines remembering that on December dates, we used to go to Llano, a group of friends, among others: Roberto Rossi Rabazzi and Antonio Maselli in the search for vaquiros, exquisite meat to make the hallacas or the traditional pernil.
Although it was extremely exhausting to find the elusive porcines, we were happy when we came across a quagmire, where instants, before, were also called "masks". So we did not miss the opportunity to give ourselves a good dip and continue on our way.
In view of the days, months and years go by and my riding knife was still in the backpack where I hung it last time, I can not remember when, distracted, I take it and pass it by the grinding stone, thinking of my friends, feeling the sonar of the cornet, down the street, and they shout to me: epa Virgilio !!, you're ready, because we're starting> pal <Llano.
I am always eager to this call, I keep my backpack behind the door, of course, there I have my riding knife.
Poems by Virgilio León.
November 11 of the 2.017.-
El cuchillo de montear.
Aquí les dejo este escrito, realizado el año pasado, hoy lo encontré en uno de mis cuadernos.
Por estos días, ante la nostalgia por visitar el Llano, saque del morral el cuchillo de montear, pasando por la piedra la hoja de 9 pulgadas, enseñando rápidamente el noble acero con su filo, por tratarse de una vieja herramienta de un machete de la marca tres canales.
Tanto la hoja como la cacha, poco a poco los fui moldeando a un lado donde acostumbro a escribir, en mi banco de trabajo, hasta darle el acabado deseado. La cacha del cuchillo la obtuve en días de menguante de uno de los tantos árboles de vera o pardillo, sombreando toda la caminera de la avenida Las Delicias de mi ciudad Maracay y el acero, restos de un viejo machete tres canales, arrumado entre otros trastos en un solar de una abandonada casa en Parapara de Ortiz.
Escribo estas líneas recordando que en fechas decembrinas, acostumbrábamos ir al Llano, un grupo de amigos, entre otros: Roberto Rossi Rabazzi y Antonio Maselli en la búsqueda de vaquiros, exquisita carne para hacer las hallacas o el tradicional pernil.
A pesar de que era sumamente agotador dar con los esquivos porcinos, nos alegrábamos cuando nos tropezábamos con un lodazal, donde instantes, antes, estuvieron los también llamados caretos. Así que no perdíamos la oportunidad de darnos un buen chapuzon y seguir con nuestro camino.
En vista de que pasan los días, meses, años y mi cuchillo de montear seguía en el morral donde lo colgué la ultima vez, ya no recuerdo cuando, distraído lo tomo y lo paso por la piedra de amolar, pensando en mis amigos, sintiendo el sonar de la corneta, abajo en la calle, y me gritan: epa Virgilio!!, ya estás listo, porque vamos arrancando >pal< Llano.
Yo que siempre estoy ávido a este llamado, mantengo detrás de la puerta mi morral, por supuesto, ahí llevo mi cuchillo de montear.
Poemas de Virgilio León.
Noviembre 11 del 2.017.-
