cortesia: 19digital, muyinteresante.com
Desarrollado en los años 90, fue el primer ejemplo de un vínculo emocional hacia una máquina.
Con tan solo tres botones, debías asegurarte de que creciera fuerte y sano, alimentarla, mantenerle contento, limpiarle… e incluso regañarle si se portaba mal.
Esta mascota virtual nació en Japón en 1996, y fue desarrollado por Aki Maita, una japonesa de 31 años que trabajaba para Bandai.
Antes de comercializarlo, Aki Maita, regaló prototipos de tamagotchi a 200 quinceañeras a cambio de que contestaran a unas preguntas. La prueba fue un éxito.
Desde 1996, se han comercializado hasta 47 tipos de tamagotchi diferentes. El tamagotchi fue el primer ejemplo del desarrollo de un vínculo emocional con una máquina
Y no es el último.
Ya existen robots capaces de dar una respuesta sexual y emocional. En el futuro, el ser humano desarrollará vínculos estrechos con la Inteligencia Artificial.