La situación en la que nos encontramos en el momento actual es una consecuencia de haber tomado ciertas decisiones pasadas. Decisiones que tomamos únicamente nosotros. Es decir, si algo no sale como queríamos es porque hemos omitido algo o plantado las semillas equivocadas anteriormente. Nosotros somos únicamente responsables de nuestras decisiones y de cómo dejamos que nos afecten lo que hagan otras personas. Es por ello que tenemos que mentalizarnos y tomar responsabilidad, así como crítica, de que si algo no salió como esperábamos, fue culpa nuestra y sólo nuestra. Igualmente si saliera como planeamos, debemos congratularnos, ya que nuestras acciones nos han hecho llegar hasta ahí. Nunca debemos echar la culpa a otros sobre nuestras acciones tanto positivas como negativas.
Es por ello que el presente es el mejor momento para actuar, para dar el primer paso del tú que serás en el futuro. El futuro pertenece a aquellos que se preparan hoy. Ya lo decía Descartes: conquístate a ti mismo en lugar del mundo. El famoso empresario Jim Rohn también habla mucho sobre entrenarse a uno mismo en el presente para alcanzar una meta en el futuro. Si no estás contento con algún aspecto de tu vida: forma física, mental, relaciones, situación económica... ahora es el momento de actuar. No mañana, el próximo Lunes o la próxima semana. Planta hoy la semilla del árbol que quieres tener mañana. Aprendí la lección de las semillas cuando era un niño gracias a mi padre, historia que compartí en este vídeo:
Esa lección consistía en lo siguiente:
Yo: ¡Papa, yo quiero tener en mi trozo de huerta lechugas porque me encantan! También algunos tomates, aunque me gustan menos que las lechugas.
Papa: Veamos, para tener tomates necesitaremos la semilla de tomates. Y para las lechugas, la semilla de las lechugas.
Así que nos pusimos manos a la obra. Unas semanas después descuide la huerta y mi cosecha desapareció. Una temporada después volví a intentarlo, pero esta vez quería hacerlo mas grande.
Yo: Papa, esta vez quiero plantar muchas lechugas, muchos tomates. Y también: algunas judías verdes, algunas remolachas y algunos guisantes.
Papa: ¡Perfecto hijo! Pues para las judías verdes necesitaremos semillas de judía verde, para las remolachas semillas de remolacha y para los guisantes semillas de guisante. Por otra parte, para tener muchos tomates necesitaremos muchas semillas de tomate y para tejer esas lechugas que tanto te gustan, necesitaremos también muchas semillas de lechuga.
Asombrado por el conocimiento de mi padre me quede, nos pusimos manos a la obra.
Han pasado muchos, casi más que semillas había en esa plantación, y es ahora cuando lo entiendo todo. Todo encaja. Y te va a sonar a lo mas obvio del mundo, de hecho lo es, aunque no lo solamos aplicar:
"Hay que sembrar la semilla de ESO MISMO que queremos recolectar"
Fácil y a la vez tan difícil.