No compartir, este hilo no intenta ser un escrache, sino dejar asentadas ciertas verdades, para que el Estado feminista/femicida, violador de DDHH -argentino- (y sus cómplices) no pueda borrarlas. Por eso lo hago en frente de todos.
A mi madre María del Carmen Alabarbe, la mató su pareja, pero también la mató el Estado feminista. Con una denuncia de género (de la hija de Ramiro contra mi madre). La denuncia disparó el conjunto de violaciones a los derechos humanos y atropellos que suele llevar a los varones al suicido. En su caso, quedo destruida e indefensa en las manos de quien se aseguraría de terminar con su vida materialmente. Mi madre me dijo que creía haber sido denunciada por la hija de su pareja y me contó el hostigamiento policial sufrido.
Gabriela NacXX, fue mi amiga durante las primeras materias de la carrera de historia. Luego de unos años, ella se casó. Pero de alguna manera, fue imaginando que nuestra amistar era un romance secreto. Jamás me preguntó. Terminó divorciándose de su pareja, con la cual había empezado a comprar un departamento. Se dio cuenta que su divorcio no cambiaba en nada nuestra relación. Siguió sin preguntarme nada. Yo decidí que esa amistad era demasiado absorbente y, aprovechando que aparentemente me había abierto el FB sin permiso, me alejé. Ella esperó unos meses y me contactó para decirme que mi alejamiento le había generado problemas psiquiátricos, que estaba medicándose. No accedí a volver a retomar la amistad. Sólo después de unos años volví a llamarla. Años después me enteré, por mi hermano que se había encontrado con él, y, entre otras cosas, hablaron de mí. No me preocupó, porque no significan mucho para mi y aún no existía el feminismo como para que alguien pueda pasarle algo sin haber hecho nada.
Mi hermano. Supongo que como muchos hermanos, nuestra relación nunca fue buena, mi hermano siempre me agredió física y psicológicamente (con la impunidad de ser protegido de mi madre). En la muerte de mi madre, me dijo que estaba bien que se muriese. Luego, cuando yo deje saber que quería denunciar e investigar la muerte de mi madre, y supo de mi cambio de nombre, me amenazó en dos oportunidades.
La hermana de mi madre, Angélica, siempre se llevó muy bien conmigo, supongo que para ella yo era el hijo ( que nunca había podido tener). Mientras mi mamá convalecía, ella me insistía en que era increíble que no hubieran contactado a un oncólogo ni terminado los estudios, ni tampoco empezado tratamiento alguno. Meses después, muerta mi madre, fui yo quien empezó a buscar la evidencia médica y a hablar con oncólogos. Para mi sorpresa, ella cambió radicalmente de actitud, y la sola mención de ir a denunciar esa muerte genero una crisis de nervios en ella. Desde el momento en que finalmente denuncié la muerte de mi madre, casi no hablamos. Me llegó el rumor que para evitar mi denuncia, ella, junto con mi hermano, intentaron declararme insana. Por suerte, pude hacer dos pericias psicológicas que se los impide.
Monica, la madre de mi media hermana, me pidió una suma significativa para “hacerse cargo” de todo lo referido a la amenaza de Ramiro (“Guarda que vas preso”, si yo denunciaba o hablaba respecto a la muerte de mi madre). No hizo absolutamente nada. Fui entendiendo que nunca lo iba a hacer y ya había perdido el dinero. Dejamos de hablar desde entonces. No pretendo que me devuelva el dinero.
Gente de Mala Junta y especialmente Brenda Fernandez. Me acerqué al espacio, aunque nunca fui feminista ni nada, porque pensé que si participaba, me podían ayudar con la muerte y denuncia de mi madre. Brenda apareció justo después que alguien del ejército haya mirado mi linkedin (nunca había pasado). Desde su entrada, la ayuda para llevar a la justicia la muerte de mi madre, me fue retirada. Luego, cuando me fui de vacaciones en 2021, fueron quienes hicieron la denuncia como si hubiera desaparecido. Y además colaboraron junto con, al parecer, Angélica y mi hermano, en hacer creer a la policia que me había ido porque tenía problemas psicológicos. Cosa falsa que terminé demostrando con las pericias.
Marina AndXX NietXX, fue mi pareja hasta enero de 2020. Aunque se supone que es feminista, su madre, Patricia GeraghXXX, que trabaja en el BCRA, es miembro de la masonería femenina. Dado que Ramiro, la pareja de mi madre, era masón, esto significó que terminara separándose de mí y apoyando al cófrade.
Natalia L GaitXXX, fue mi pareja cuando yo tenía 30 y ella 18, hace diez años. Salimos por unos meses. Nos aburrimos de la relación, ella me cortó. El día de cortar publicó en sus redes sociales que tenía el mejor ex del mundo. Le plantie que sigamos viéndonos como amigos, me dijo que no podía todavía. Dejamos de hablarnos. La borre de mi FB. Hace unos días me entero que hablaba con el entorno de la pareja de mi madre, para facilitar el cumplimiento de la amenaza de que si yo hablaba me iban a meter preso.
Yamila: salí con ella en algún momento de 2017. La relación avanzó muy rapido, llegamos a hablar de tener un hijo y comprar un depto a crédito. Yo sentí miedo de no conocerla lo suficiente, le pedí un tiempo. En una noche de reconciliación, luego de tomar vino, tuvimos relaciones. Durante la misma, me pidió que le acabe adentro sin preservativo. Lo hice (sin quererlo realmente) y me arrepentí al instante. Le pedí que, si ella quedara embarazada, no lo tenga sin mi consentimiento. Me dijo que podía ser su última oportunidad y que iba a priorizar su oportunidad. Nos peleamos, al día siguiente le mande un mail, que todavía tengo, donde le planteo que no estuve de acuerdo con lo sucedido a la noche. No hablamos por unos meses desde entonces. Luego nos volvimos a juntar para charlar lo ocurrido.
Juan DerXXX y Nicolás BXXX. Juan es mason, de hecho me invitó a entrar, cosa que rechacé pero tengo el mail que lo demuestra. Por esa razón rompió su amistad conmigo. De la misma manera, Nicolás, también participante de la masonería pero en otra logia, tomo el mismo camino.
P.C.A, especialmente Paula, Roberto, Osvaldo, Antonella, “Lula”… son las personas que tuvieron protagonismo cuando, en 2017, decidieron interpretar mis críticas a la dirección como “violencia”, sencillamente porque les plantee que quienes no participan en el trabajo de un espacio, tampoco deberían dirigirlo. Así que me invitaron a hacer un curso de género o retirarme. Elegí retirarme.