Perdón si no me caso,
pero aún no termino de resolver mi pasado,
también tengo el radar dañado,
amén del imán invertido.
Puedo sentarme acá y contarte
mis derroteros y fracasos,
míralos, los colecciono en la pared,
como mis pequeñas victorias personales,
¿Cómo no iban a serlo?
Por ejemplo, mi primera ilusión,
Fue un chico horrible de bachillerato,
de dientes torcidos y mirada traviesa,
¡Sencillamente horrible!
sólo superado por quien me dio mi primer beso,
un chico de la capital,
por quien dejé todo mi mundo para seguir una
fantasía adolescente.
Creí ver luz cuando conocí a mi primer novio,
Gracias a las cálidas redes del internet,
muy al estilo de mi generación.
Fue la primera vez que me enamoré,
Y si algo le rezaba al destino era que si
La vida acababa ahora, que acabara bien lento.
Porque con él las horas se me hacían veloces,
El tiempo nunca fue suficiente.
Esa pérdida me llevó a la sobreprotección
De mi segundo novio,
Quien era exigente, también castrante.
Sus prejuicios me hicieron odiarme, incluso avergonzarme
De mi misma.
¿Qué diablos importaba si era una insegura?
No sería la última. Para eso tenía a mi soledad,
Me daba más crédito que él.
De allí, me decidí ir por mi cuenta en la vida,
Los nuevos tiempos traían buenas nuevas,
Podían tenerse derechos, con los amigos,
Los vecinos, los desconocidos,
¡Qué sé yo!
Quise probar el escabroso mundo cuando
Me acosté con Arny, y me enseñó
El lado adictivo y vacío del sexo,
Porque créanme, ser vouyeristas
no tiene nada de divertido a la larga.
Me entró el vacío de nuevo.
Me acordé de todos
Y mandé al diablo a mi amante.
Traté sin éxito en buscar a mi primer amor,
Ser amante del chico de mi primer beso,
Y coquetear con mi ex.
Sí, quería francamente suicidarme en todos ellos,
Francamente quería morirme en ellos,
Quizás porque lo único que podían ofrecerme
Era eso,
Una migaja de sexo,
Como si fuese algo valioso en estos tiempos.
Bueno, para mí lo fue,
Me conformé con eso.