El amor de una madre es incomparable, es imposible de medir, es complicado de describir, pero todo hijo sabe lo importante que es y lo imprescindibles que son los brazos de mamá en momentos donde hace falta apoyo.
Esta relación produce seguridad, conocimiento, sosiego, consuelo, agrado y placer por lo que cada ser humano desarrolla de manera instintiva un vínculo afectivo desde que nace con esa figura materna, este se va fortaleciendo a lo largo de la vida al punto de convertirse, sin que nos demos cuenta, en la base de todo lo que somos. Su influencia es tan importante que desde que se forma, en nuestra niñez o primeros años de vida, ayuda a que podamos desarrollar aspectos como la empatía, el afecto, el deseo de compartir, la tolerancia y la capacidad de amar y ser amado, siendo algo primordial para nuestra salud física y emocional.
A medida que vamos creciendo esa relación se convierte en un espacio donde te sientes seguro, donde puedes ser tu mismo, donde tan solo una palabra de los labios de tu madre da pie a que todas tus barreras se desplomen, dejándote indefenso pero en brazos de quien mejor te sabe cuidar.
Todo se complica cuando ya esos brazos no están a tu alcance, cuando creces y te topas con el momento de desplegar tus alas para alzar vuelo y cumplir tu metas, cuando te casas o vas a la universidad. Te da la sensación de que vas en contra de la corriente y que tarde o temprano la necesitarás, plasmas en tu mente, tal cual una cita, el momento de su reencuentro, ese momento en el volverás a ver esos ojos que con tan solo una mirada apaciguan cada uno de nuestro problemas. Pero, ¿ Y si no sabes cuando volverás a verla ? ¿Y si esa fecha no dependiera solo de ti sino de algo mucho más grande?
Es en estos casos donde la separación es mucho más dura, pues la extrañas desde que sus manos ya no rozan tus mejillas o desde que ya no sientes su calor.
En países como Venezuela donde la economía a afectado enormemente la población, al punto de que la emigración es un tema de cada día, pues una gran cantidad de jóvenes parten de su país de origen en búsqueda de una mejor calidad de vida a miles de kilómetros de sus familias, extrañando a cada momento a esa mujer que les dio la vida.
Es por esto que en días como ayer, 13-05-2018, domingo día de las madres aparecieron en las páginas principales de mis redes sociales miles de escritos o imágenes hechas por muchos de esos jóvenes emigrantes a sus madres o simplemente reflejando sus pensamientos pues las dejaron en Venezuela y por diferentes motivos no pudieron venir al país a verlas y compartir con ellas en su día.
A esos jóvenes quiero decirles que el amor de una madre es incondicional, que aunque es fuerte estar lejos de ellas pronto podrán estar juntos, ya sea porque emigren y vuelvan a vivir juntos, porque vuelvan a Venezuela o porque logren encontrar las posibilidades de tan anhelado encuentro. No dejen que eso les afecte en el cumplimiento de sus planes, sus madres estarán esperándolos con los brazos abierto y con una sonrisa en el rostro.
Feliz día para todas las madres, en especial para aquellas que desde la distancia recibieron unas felicitaciones.