La esclusa de Flix El río Ebro ha jugado desde tiempos inmemoriales un papel vital y estratégico en la comunicación y transporte de personas y mercancías entre el noreste y el centro peninsular y el sur de Cataluña.
Navegar por el Ebro no era una tarea fácil. La falta de un caudal regular, los estiajes y las riadas constantes dificultaban su práctica. Es por este motivo que impulsó numerosos proyectos para conseguir la navegabilidad del Ebro. Uno de cstos proyectos fue el de la Real Compañía de Canalización del Ebro, que pretendia enlazar Zaragoza con Bareclona mediante una línea de navegación marítima y fluvial.
Se proyectó la construcción de diversas esclusas a lo largo del rio, cntre ellas la de Flix, para facilitar el paso de embarcaciones de vapor de gran tonelaje. Là resclosa de Flix a principis de segle XX La eselusa de Fiexs a prinipias del sigio XX La esclusa de Flix se construyó cntre los años 1854-1858 y tenía 63 m de longitud y 10 m de anchura.
Contaba con dos canales de navegación, cuatro embarcaderos, muelle, puentes giratorios y una casa para el guarda. La esclusa estuvo en funcionamiento hasta el 1947, año en el que se inauguró el pantano de Flix y se cerró definitivamente el paso a las embarcaciones por el meandro.
La práctica de la navegación fluvial por el Ebro finalizó el año 1967 con la inauguración del pantano de Riba-Roja que, junto a los ya existentes de Mequinenza y Faión, impo- sibilitaron la circulación de embarcaciones por el río.