Hace un tiempo en un curso de inglés se tuvo como tema los animales en extinción. El profesor pidió como trabajo investigar acerca de algún animal en peligro de extinción y hacer una especie de folleto para consientizar a las personas del problema de la extinción del animal elegido. Cuando decidí comenzar con la investigación, busqué por internet distintos animales pero uno en especifico logró llamar mi atención: la vaquita marina.
La vaquita marina es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Phocoenidae, una de seis especies de marsopa. Ubicadas en el golfo de Mexico En el 2015, su población total era de 97 ejemplares, pero en el 2017 perdió el 67 % de su población existiendo solamente menos de 40 ejemplares. Durante estos ultimos años, se han puesto en marcha medidas de conservación pero a pesar de esto la especie se considera en peligro inminente de extinción.
La primera vez que supe de la vaquita marina, llamó completamente mi atención y quise investigar más y más. Busqué imagines y hasta ahora es uno de los animales más tiernos que he visto. El saber de su situación me hizo recapacitar y pensar ¿Qué estamos haciendo los humanos? Porque si, nosotros los humanos somos los responsables del peligro que corren muchos animales en extinguirse, como por ejemplo, la vaquita marina.
Hoy la principal causa de la muerte de la vaquita marina es la sobreexplotación de la totoaba, que tiene demanda en el mercado internacional. Tambien, se ha señalado que las causas de la extinción de esta especie son la pesca accidental, por las redes agalleras, ya que a pesar de que el gobierno las ha prohibido, aún hay pescadores que las utilizan.
¿Acaso el egoismo del ser humano será el responsale de la extinción de un animal como la vaquita marina?
Actualmente, se estima que quedan menos de 30 ejemplares en el mundo. Una desgracia ¿no? En Mexico, se han creado diversas asociaciones con el fin de salvar a esta especie de su peligro de extinción. Además, se han creado distintas politicas ambiantales. El gobierno mexicano creará un santuario para la vaquita marina en el Mar de Cortés. También se buscará el apoyo de especialistas internacionales para la reproducción de esta especie que se da cada dos años y medio, además de hacer conciencia a nivel nacional e internacional para evitar el consumo de totoaba.
Así que debemos cuidar de esta especie del peligro que corren gracias a la irresponsailidad y egoismo del ser humano.
Si no los ayudamos nosotros ¿entonces quien?
Si no lo hacemos ahora ¿entonces cuando?