¡Saludos apreciados Steemians aventureros!
Estando de paso por Colombia, y al ver la anterior noticia, un fin de semana nos hemos embarcado en una aventura boyacense, dicen nuestros anfitriones. Con tula y ropa de caminantes partimos un viernes madrugado.
Esta hermosa creación natural de agua dulce, es el lago más grande de Colombia, está a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, y tiene unos 60 kilómetros cuadrados y una profundidad de más de 50 metros, dicen los estudios, además sus temperaturas son frías desde 0° a más templadas en ciertas horas y épocas del año, unos 12° se pueden llegar a disfrutar; ¡ah! al dar un paseo en lancha observamos varios islotes.
Este esplendoroso lago es un extenso territorio de caminos que descienden desde los páramos de agua natural manantial, es alimentado por los nacederos de las montañas, sistema único en el mundo; donde cientos de especies de aves, de él se sirven. Como también estas aguas sirven de riego a varias poblaciones, que generan sustento de cultivos y ganadería principalmente lechera.
Paso obligado en la travesía en camino al lago de Tota, es pasar por Tunja, la capital del departamento de Boyacá, allí paramos a comer, y en la mesa de al lado había un cuadro típico de una leyenda del lugar y estaban contando el mito -del espanto del panóptico- resulta que en la que hoy es una biblioteca cerca de aquí, anterior estuvo un convento de unos Carmelitos Agustinos, corría el siglo XIX, y los jardines eran bellos y los días soleados.
Uno de los monjes sucumbió ante los placeres de la carne y la lujuria, al hallarlo culpable, terminó decapitado; pues según las leyes católicas esas conductas irregulares y escandalosas, no tenían perdón. Luego que el monasterio se trasladó, el municipio se apropió del lugar porque resultaba seguro para una cárcel; y en los días viernes santo y el 1 de noviembre, cuentan varios presos de la época, aparecía un monje con la cabeza en la mano y con un fuerte viento y un empujón los mandaba al suelo violentamente.
Lo mismo ocurre en las calles tunjanas con los borrachos que se quedaban hasta tarde en las calles; el escritor y poeta Alfredo Gómez Jaime, se propuso enfrentar al espanto, en los días del mito; y efectivamente fue arrojado violentamente al suelo y con una carcajada se dejó ver el monje con la cabeza en las manos; Según cuenta la tradición tunjana, el poeta se desmayó y estuvo varios días en el hospital. Sobre sus impresiones, escribió su poesía "La garra fría", poco conocida en el mundo de las letras.
Si gusta como nosotros de un turismo ecológico, caminar en una reserva natural protegida, con los encantos de un clima frío pero agradable, conocer la catedral donde abuelos y amantes de remansos de paz, han dejado su presencia y su huella; ven a este tercer destino verde, conoce más en:-lagodetota.org- Y para nosotros haber disfrutado de la trucha mariposa una vez más, es nuestro más agradable recuerdo al paladar, recordando que es una riqueza sin igual del lago.
¡Hasta pronto amig@s, reciban nuestro abrazo virtual!