En las 21 leyes irrefutables del liderazgo, yo digo que el líder toca el corazón antes de pedir la mano. Esa es la ley de la conexión. Antes que un líder pueda tocar el corazón de una persona, tiene que saber qué hay en él. Y eso se aprende se escuchando.
Entre las personas con el don de liderazgo no hay muchas que no tengan la habilidad de escuchar. Peter Drucker, el padre de concepto gerencial moderno de los Estados Unidos cree que el 60% de todos los problemas gerenciales son el resultado de comunicaciones pobres. Yo diría que la gran mayoría de los problemas de comunicación vienen de no saber escuchar.
Hay muchas voces allá afuera que reclaman nuestra atención. Cuando te decidas a escuchar, recuerda que al hacerlo estas buscando dos propósitos: relacionarte con las personas y aprender de ellas. Por eso debes mantener tu oído abierto a:
- Tus seguidores
Los buenos líderes, aquellos que a la gente le gusta seguir, no se limitan a conducir sus asuntos cuando interactúan con sus seguidores. Se toman el tiempo para conocerlos como las personas que son. Philip Stanhope, el conde de Chesterfield creía que, “a muchos hombres les agrada más que alguien escuche sus historias que se les conceda un deseo”. Si tienes el hábito de escuchar solo a los hechos y no a la persona que los expresa, cambia tu enfoque y escucha realmente a quien te está hablando.
- Tus clientes
Un dicho cheroqui dice, “escucha los susurros y nunca tendrás que escuchar los gritos”. Me entristecen los líderes que están tan atrapados en sus propias ideas que nunca oyen las preocupaciones, quejas y sugerencias de sus clientes. En su libro Business @ the Speed of Thought, Bill Gates, presidente de Microsoft, dice, “Los clientes descontentos siempre son una preocupación. También son la más grande oportunidad”. Para los buenos líderes es prioritario mantenerse en contacto con las personas a quienes sirven.
- Tus competidores
Sam Markewich dijo, “si no estás de acuerdo conmigo, quiere decir que no me has estado escuchando”. Aunque sin dudas estaba bromeando, la triste realidad es que cuando un líder ve a otra organización como competencia, centra su atención en sí mismo y cómo superar a aquella, olvidando aprender de lo que el otro está haciendo. Larry King dice, “cada mañana me recuerdo que nada de lo que diga este día me enseñará algo, así que si voy a aprender, tengo que hacerlo escuchando”. Como líder no debes basar tu quehacer en lo que otro está haciendo, sino que debes escuchar y aprender lo que puedas para mejorar tú.
- Tus consejeros
Ningún líder es tan aventado o experimentado que pueda darse el lujo de carecer de un consejero. He aprendido mucho de líderes que tienen más experiencia que yo, personas como Melvin Maxwell (mi padre), Elmer Towns, Jack HayFord, Fred Smith y J. Oswald Sanders. Si todavía no tienes un consejero, sal y busca uno. Si no puedes encontrar a alguien que te ayude personalmente, comienza a buscarlo leyendo libros; ahí fue donde yo empece. El asunto principal es poner el proceso en movimiento.