El violín suena muy cruel, acompaña el desprendimiento de las cuerdas para bailar por si mismas.
Caen refugiados en las sombras. Desposeídos y tomados como huéspedes.
Creando un agujero en sus almas mortales que ya no abrazan la salvación.
Fragmentos punzantes de sus sueños incompletos, que se abren para desgarrar su cordura.
El hombre enfrentado a Dios, en la paradójica guerra por su libertad.
-Estás... Equivocado.
Lo sé.
-Vives una falsa historia.
Lo sé.
-Aún así lo aceptas, te escondes en una fantasía, ¿por qué?
Prefiero vivir anestesiado que sentirlo todo.