Cumpliendo las expectativas

En términos profesionales, se puede decir que me encuentro en una posición privilegiada. Pertenezco a uno de los grupos mas importante dentro de mi área de investigación, y estoy asociado a uno de los proyectos mas grandes de la unión europea, el Graphene Flagship. En retrospectiva, es algo surreal, ya que me recuerdo por allá en el 2013 leyendo sobre el proyecto, pensando en lo mucho que me gustaría ser parte de él. No obstante, existen días en los que siento que sería mas feliz cultivando legumbres y criando gallinas que haciendo física.

Durante mi adolescencia nunca fui el mejor de la clase, de hecho estaba muy lejos de ello, me gustaba mucho solucionar problemas, y cuando encontraba alguno que me interesara me obsesionaba hasta resolverlo. La prueba para ingresar a la universidad en Venezuela, era básicamente un conjunto de problemas de razonamiento lógico-matemáticos, por lo que mas que estresarme, durante la prueba me divertí muchísimo resolviendo los ‘acertijos’. De nuevo, no estuve ni de cerca entre los mejores resultados, ni estuve nunca entre los mejores durante los primeros dos años en la facultad ciencias, pero me pasaba muchas tardes solucionando guías, era casi un pasatiempo, que a su vez tenia el efecto colateral de hacerme avanzar en mi carrera, física.

El punto de inflexión llegó en el sexto semestre, justo a la mitad del grado, durante mi primer curso de física cuántica. Resulta que con el pasar de los semestres, los conceptos se fueron asentando, fenómenos que no entendía fueron tomando forma, y aquellos problemas problemas que me parecían infranqueables, ahora eran solo una cuestión de tiempo. Repentinamente estaba entre los primeros de la clase, situación que se repitió hasta el final de mi formación ¿Como ocurrió esto? Pues honestamente no tengo una explicación clara, pero si sé que estar en la cima es una situación adictiva y a la vez estresante, cualquier descenso es un fracaso y cualquier error es un descenso.

Después de todo este tiempo esforzándome por ser uno de los mejores, termino mi licenciatura y me encuentro con mi primera barrera. Necesito una beca para poder hacer mi doctorado y seguir con mi pasión, la física. Seis meses después, sigo buscando… Me doy cuenta de que en la mayoría de los programas, buscan una persona con una perfil que yo no poseo, buscan un joven con perfil de investigador no un estudiante. Me sentía frustrado, sentía que todo el esfuerzo de los últimos años había sido en vano. Tuve la suerte de que en la dirección de mi escuela me ofrecieron participar en un concurso de profesor, y conseguí obtener el puesto.

Mi primer curso fue de el mecánica de tercer semestre, y fue una desgracia tanto para mí, como para los alumnos. Yo no estaba preparado para enseñar. Durante el curso me hablaron de la posibilidad de hacer un doctorado en Brasil, completamente becado, y cuya forma de ingreso era una prueba que podía ser en ingles ¡Bingo! Esta era mi oportunidad. Estudié mucho para la prueba, y cual fue la sorpresa de que dos preguntas de la misma, eran ejercicios que había hecho en el curso de mecánica, supongo que las cosas pasan por algo. Fui aceptando en el doctorado en la universidad de Rio de Janeiro, un nuevo país, una nueva etapa.

Después de miles de problemas de logística, comienzo finalmente mi doctorado, conozco a mi tutora y tengo mi primer contacto real con la investigación. Resulta que investigar, era muchísimo mas divertido de lo que yo esperaba. Es como un juego de detectives, hay un enigma, tu tienes el entrenamiento, y debes encontrar las pistas y organizarlas de forma coherente para encontrar la solución. En el doctorado, se tiene la dicha de que te enfrentas a un problema complejo a la ves, puedes dedicar buena parte de tu día a pensar en ello, se vuelve a veces una obsesión placentera, que buenos tiempos aquellos. Cuatro años después, termino mi doctorado, la obsesión conjuntamente con la guía adecuada de mi supervisora, rindió frutos, cuatro artículos, uno en una revista importante. Ahora tengo una hija, y comienza la siguiente etapa ¡Necesito encontrar trabajo!

Antes de finaliza mi doctorado había aplicado a mas de treinta trabajos de investigador, nadie me respondió. De nuevo la frustración… Competía con investigadores americanos y europeos, con mas de 10 artículos, yo no sentía que pertenecía a la misma liga de ellos ¿Debería dejar la ciencia? Me preguntaba a veces. Pero de repente, gracias al apoyo de dos profesores que conocían mi vocación por la física, encontré trabajo en el ICTP-IFT en San Pablo. Uff, por poco.

En el IFT estaba súper feliz, el ambiente era muy agradable, tenía muy buenas relaciones con mi jefe, y sentía que era como una extensión del doctorado. No había una presión excesiva, las cosas se tomaban con calma, y con este método los trabajos que salían tenían muy buena calidad. Solo había un problema, el contrato era de dos años y ya pasado el primero, la ansiedad por encontrar algo seguro para el año siguiente era notable. En este punto recibo un e-mail de mi supervisora, un investigador en España la ha contactado y le comenta que hay una posición abierta para una persona con mi perfil. Envio mi curriculum, consigo la posición, España allá voy.

En mi familia somos muchos, tres gatos, dos perros, un bebe, un hijastro mi esposa y yo, como pueden imaginar, organizar un viaje intercontinental fue toda una odisea, pero un año despues ya estamos en España ¡Lo hemos logrado!

Después de resolver las burocracias iniciales, finalmente comienzo a trabajar. Se me explica que mi salario se paga a través de el Graphene Flaghip, un ambicioso proyecto europeo de un billon de euros, que busca proyectar el grafeno como la nueva tecnología revolucionaria. Ademas, a los pocos meses se me coloca como principal responsable de la ejecución del proyecto PRACE del grupo, un proyecto donde los investigadores utilizan supercomputadores con millones de procesadores para realizar estudios que de otra forma serían imposibles. En tan poco tiempo, pasé a tener muchas responsabilidades, pero estaba muy feliz por todos los recursos de lo que disponía, y mi grupo de investigación era genial.

En menos de un año, estaba escribiendo dos artículos, participando en otros seis, llevando a cabo el proyecto PRACE, y dentro de estas responsabilidades tratando de mantenerme al día con la literatura científica. La ciencia a alto nivel es extremadamente competitiva, y existen poquísimos puestos de trabajos, puestos que solo pueden ganarlos los mejores de los mejores, solo el 10% de los investigadores activos. De nuevo, estar en el tope, es adictivo pero a la vez te consume mucho. Cuanto mas alto estas, mas expectativas crea la gente sobre ti, y mas presión te colocas para cumplir con estas expectativas.

No obstante, si no hubiera querido esto, me hubiera salido de la ciencia hace mucho tiempo. Este tipo de ambición por ser uno de los mejores, es lo que mueve a: deportistas, emprendedores, escritores, etc. Para ser el mejor, tienes que querer serlo, y debes estar dispuesto a darlo todo por ello, sino lo haces, creedme, habrá cientos de otras personas que si querrán serlo y te superarán. Yo estoy lejos de ser uno de los mejores en mi campo, después de todo, estoy comenzando, pero si tengo claro que ese es mi deseo, supongo que el tiempo dirá, si realmente en el futuro podré cumplir con mis propias expectativas.!