Décimas budistas.
Lo dice la ley antigua
es la más vieja de todas:
cuando el odio está de bodas
más odiar es meta exigua.
Mejor en casa contigua
sin temor abandonarlo
muy profundo enterrarlo
y escuchar ese gran clamor
ya que sólo será el amor
el que pueda disiparlo.
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De entre todos los dormidos
el que está despierto es sabio
preciso cual astrolabio
él se halla entre los perdidos.
Sus afanes extinguidos
libre de toda ignorancia
en certera vigilancia
quema sus lazos mundanos
veloz caballo en sus manos
cosechará la abundancia.
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Recta flecha del arquero
terminada con finura
bien sujeta en la postura
es la mente del austero.
Goza de viajar ligero
pues la lleva controlada
ya no le confunde nada
ni sutiles fantasías
sabio calla sus manías
él la tiene subyugada.
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Condenado está al olvido
tal como el mismo Alejandro
o el Bruto aquel vil malandro
Si a sí mismo no ha vencido.
Ni un demonio maldecido
Tampoco un ángel en gloria
borrarán de su memoria
ver su ego sofocado
ningún cielo ya creado
abarcará su victoria.
Te invito a que leas mi texto anterior titulado "Quietud y control"