Cuando nada sale como quieres. 3 estrategias que te ayudarán a tomar el control.

in estrategia •  7 years ago 

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Siempre me ha dado curiosidad entender la naturaleza de las llamadas “malas épocas” o ese tiempo donde nada sale “bien” o como esperas. Ese tiempo cuando pasa todo junto y sientes que el mundo parece conspirar en contra tuyo. ¿Te ha pasado? ¡A mí sí!.

Cuando esto sucede parece muy difícil entender porque tanta “mala suerte”. Sin embargo sin estos momentos de “presión” no tendríamos la oportunidad de conocernos, de ponernos en contacto con nuestras emociones, conectarnos con lo que es realmente importante de nuestras vidas y finalmente crecer.

¿Alguna vez viste una noche que no fue seguida por otra mañana?

Siempre (SIEMPRE) después de una crisis regresa nuevamente la luz. Algunas veces más rápido, otra veces toma más tiempo, pero pase lo que pase, sea lo que sea, vendrá otro día y con el nuevas oportunidades.

No nos debilitamos por los momentos duros o reconociendo nuestros defectos, nos fortalecemos al conquistarlos.

Pero ¿cómo decido reaccionar ante estas crisis, retos o momentos difíciles? ¿cómo puedo intervenir para fluir y crecer con ellos?

  1. Intervenir desde el cuerpo
    Nuestro cuerpo es una de las herramientas más poderosas para intervenir en lo que nos pasa (y es tal vez la menos explorada).

Desde tomarnos un momento para respirar, hacer ejercicio, bailar o hacer algún movimiento que nos ayude a despejarnos. Hacer una pausa.

Incluso cuando creemos que no es posible.

Hacerlo nos ayuda a desviar la atención y el foco de eso que nos preocupa y así buscar desde un espacio de mas tranquilidad y frescura nuevas alternativas. Nos permite acercarnos desde un lugar distinto a identificar soluciones a nuestros problemas.

  1. Intervenir en mis emociones
    ¿Cómo puedo intervenir para ver más allá de lo que mis emociones me dejan ver?

Para muchas personas, las emociones son un terreno desconocido. Están allí, pero no las puedo manejar. Parte del problema es que simplemente no sabemos qué hacer con ellas.

Las emociones son los lentes con los que vemos y transitamos en nuestro día a día. Una vez que podamos procesarlas y hacerles frente con eficacia, podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y nuestras necesidades.

El primer paso es averiguar lo que estás sintiendo, identificar en qué emoción estás. (Ansiedad, miedo, tristeza, rabia, entre otras).

El siguiente paso es identificar el mensaje de esta emoción. Para esto, hazte preguntas para entender mejor lo que te esta pasando. Algunos ejemplos:

Miedo: ¿A qué específicamente le tengo miedo?
Tristeza: ¿Qué perdí? ¿Qué es importante para mi?
Rabia: ¿Cómo esto me está afectando?
Una vez que hayas identificado la emoción y su mensaje, el último paso es ¡tomar acción!. ¿Qué puedes hacer para avanzar? ¿Qué está en tus manos hacer ?

  1. Identificar mi actitud.
    ¿Desde que lugar estoy viviendo la situación?

En esos momentos tenemos muy disponible el preguntar mil veces ¿porqué?: ¿Porqué me esta pasando esto? ¿Porqué a mi? ¿Porque justo ahora?

Que sucede si en lugar de preguntar muchos porqués nos preguntamos ¿Para qué?: ¿para qué me esta pasando esto?

¿Notas la diferencia?

El porqué busca explicaciones de lo que ya pasó que te invitan a quedarte en el pasado, mientras que el para qué busca el propósito o el aprendizaje que puede dejarte esta experiencia y te invita a seguir adelante.

Tu actitud de cómo ves de las cosas lo cambia todo. Influye directamente en la forma en que percibes el mundo y la forma en que el mundo te percibe a ti.

Todos tenemos una opción. Podemos elegir un diálogo interno de auto-aliento y auto-motivación, o podemos elegir uno de auto-derrota y auto-compasión. Es un poder que todos tenemos.

No, el universo no conspira en contra tuyo, ni tampoco creo que existe la mala suerte. Todos, absolutamente TODOS, en un momento u otro vamos a enfrentar retos, crisis, problemas, tiempos difíciles u obstáculos. En nuestra vida personal, con nuestra familia, en nuestro trabajo o nuestros emprendimientos. Nadie se escapa.

La clave es darse cuenta de que no es lo que te sucede lo que importa, es cómo eliges responder.

Recuerda siempre que cuando la vida te presiona fuerte es porque te está preparando para algo importante que está por venir.

¿Te ha pasado esto? Deja tu comentario. ¡Me encantaría escucharte!

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Publicado 28-3-2017

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