FEBRERO
Es un mes todavía frío y poco apropiado para el trabajo al aire libre. La imagen más habitual en los calendarios monumentales es la de un hombre anciano calentándose al fuego, sentado sobre un taburete y vestido con una saya. En ocasiones, como en la imagen del claustro de la Catedral de Pamplona, se refleja la práctica de una labor que se realiza dentro del hogar, como puede ser la elaboración de zapatos.
También es representado en algún caso por la figura de un enano malhumorado y burlón, un motivo literario e iconográfico con especial arraigo en Castilla, describiéndose en Beleña del Sorbe un personaje “de corta estatura, cabeza grande, ojos inflamados, gruesos labios, desagradable gesto facial y órganos sexuales desmesurados. Que son, así mismo, los rasgos que se atribuían desde la Antigüedad a quienes padecían enanismo. Apareciendo también reflejado en el Libro de Alexandre y el Libro de Buen Amor su carácter breve y voluble. El símil se debe, al parecer, a la brevedad del mes de febrero -de ahí el enanismo- y a la inestabilidad del clima.