¡Saludos querid@s constructores de sueños!
El alegre jesuita Anthony de Mello, relató una anécdota ocurrida en un lejano reino, con relación a la siguiente frase de nuestro pensador Ralph W. Emerson:
Aquella princesa era la única hija de un acaudalado reino de oriente. Cierta tarde se reunió con su padre -el rey- y le rogó que la dejará casar con uno de los sirvientes, (que fue adquirido como esclavo) El rey que era lleno de sabiduría le dijo: -dame tres días, veré que decido- Mandó llamar a un ermitaño muy acertado y a la vez consejero, le expuso el tema.
Verá su majestad, la niña está llena de ese inconsciente capricho, a puertas cerradas en palacio, le sugiero hacer una prueba, sé que no falla. Encierralos en un calabozo por 5 días; si al cabo del tiempo, ella sigue firme en sus amoríos con el plebeyo, los destierra a ambos; si ella cambia, la envía a la casa del bosque por 3 años y, a él lo destierra.
El rey admiraba y respetaba a su consejero; no le gustó la prueba; pero conocía los caprichos de su hija y acepto. Llamó a la princesa y le informó cómo iba a probar su amor por ese intruso. La joven saltó de alegría abrazando a su padre. Todo se dispuso, y los jóvenes en lo secreto fueron conducidos al calabozo; recibirán los mismos tratos y alimentación de un condenado.
Pasaron las primeras 24 horas, todo parecía marchar bien, a las 48 horas, la princesa pidió hablar con el rey; él, le mando una nota diciéndole: - cuando se terminen los 5 días- inició a aporrear el calabozo, y cada vez que el desgraciado joven la tocaba, ello lo cacheteaba; no paraba de gritar y maldecir, la desdichada princesa; lloró hasta que cayó en sueño profundo.
No comió la ración de pan asignada, sólo bebió agua; al llegar el quinto día, y ser liberada ¡se arrodilló ante su padre y le pidió perdón! -Cada amante recibió el castigo anunciado-
*Nota: Está publicación pertenece al mismo autor del blog: https://whaleshares.io/@caminante
Y del canal de YouTube -Soy Caminante-