Marte, Capítulo 1

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Basado en "Perdido" y "AOIA"

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Frío. Está tan increíblemente frío. Me estremezco y abro los ojos. A través del cristal que está a solo unos centímetros delante de mis ojos, puedo ver la cara de mi madre. Ella se despierta frente a mí, como siempre.

Se da cuenta de que estoy despierta y abre la cámara. El aire caliente toca mi piel.

"¿Hannah? ¿Estás bien? "Pregunta mi madre, como siempre.

"Con un poco de frío", respondo. Como siempre. ¿Cuánto tiempo ha sido esta vez? Creo que ya hemos hecho todo este procedimiento unas 12 o 13 veces. Si el programa no ha cambiado, el proceso de calentamiento ocurre cada 2 semanas. Medio año. Hemos estado en el espacio medio año. Deberíamos llegar pronto.

"¿Quieres algo de comer, cariño?"

"Dame un poco, tengo nauseas", le digo y salgo de la cámara. Después de ser alimentada a través de un tubo durante dos semanas, mi cuerpo tiene algunos problemas para adaptarse a la comida sólida, lo aprendí de la manera más difícil. Pasé mi primer golpe de calor vomitando sobre la taza del inodoro.

Respirando muy controlada y lentamente, empiezo a estirarme. Para mi horror, puedo sentir lo débil que me he vuelto. Solo moverme durante dos días cada dos semanas no es suficiente para mantener una cantidad significativa de músculo. Y la baja gravedad no ayuda.

Recuerdo haber leído que los astronautas de la EEI solían ejercitarse hasta seis días a la semana y aún así experimentaban pérdida muscular. Claro, los programas que usamos ahora están un poco más avanzados de lo que lo estaban en aquel entonces, pero incluso eso no es suficiente. ¿Cómo podría serlo? No tuvimos tiempo suficiente para perfeccionar la investigación, no con la Tierra muriendo. No con todas esas guerras que estaban por comenzar. Tuvimos que irnos.

Hay un problema diferente que aún no siento, pero sé que está sucediendo. Junto con mis músculos, mi masa ósea se está reduciendo también. Y está sucediendo a un ritmo alarmante. Probablemente sufriré de un caso grave de osteoporosis en el futuro, especialmente porque soy mujer. Tuvimos problemas con eso incluso cuando todavía estábamos en la tierra.

Dejo escapar un profundo suspiro y sigo a mi madre, que fue a la cocina de la nave espacial. Aunque no pueda comer todavía, realmente quiero un vaso con agua. En el camino, saludo a los miembros de la tripulación que se arrastran, consumidos por su trabajo. Debe ser agotador estar despierto durante todo el viaje. Los compadezco y admiro al mismo tiempo.

Conociéndome, mi madre ya había llenado un vaso para mí y lo había puesto sobre la mesa.

Agradecida, lo tomo y me lo acabo de un par de tragos.

"Se siente demasiado bien. ¿De verdad se supone que debo amar tanto el agua?" Me pregunto. Mi madre se ríe.

"La odiaba cuando era niña. Siempre tuvimos esas bebidas dulces y el agua era increíblemente sosa."

Hago una mueca ante la idea.

"Cómo podrías beber esto de manera regular, nunca lo entenderé."

"Es normal. Creciste con bebidas que tenían un sabor extremadamente artificial. El agua ha sido escasa toda tu vida. Siempre es lo que no puedes tener lo que sabe mejor."

"Toda mi vida." Me río. "Eso hace que parezca que ya estoy vieja."

"Bueno, lo estás. En cierto modo. Muchos niños no alcanzan tu edad. A menudo solo. . . mueren."

La sonrisa se borra de mi cara y miro al suelo. Ella tiene razón. En la tierra, muchos niños habían muerto muy jovenes. Esa es una de las razones por las que estamos en camino a Marte: la Tierra está tan contaminada que la vida allí es apenas posible.

"Me pregunto qué pasará con los que dejamos atrás", digo en voz baja. Mi madre camina hacia mí y me rodea con sus brazos para abrazarme.

"No te preocupes por ellos. No era posible salvarlos a todos. Los que quedaron en la tierra o se quedaron voluntariamente o simplemente eran muy problemáticos. No hay ninguna razón lógica para traer a los delincuentes con nosotros a nuestro nuevo hogar. Simplemente seguiríamos donde nos quedamos."

"Lo sé, tienes razón", digo, aunque es lo opuesto a lo que siento. Pero mi madre no lo entendería. Ella ya me dijo una vez que soy demasiado idealista, siempre creyendo que hay algo bueno en todos.

"No pongas esa cara", me dice mi madre. "Ven conmigo, tengo algo que mostrarte."

Miro hacia arriba y levanto una ceja.

"¿Qué es?"

"No lo diré, ¡tienes que seguirme!"

Eso despierta mi curiosidad y la sigo a otra habitación. Ella me pide que abra la puerta. La habitación está oscura cuando entro.

De repente, la luz se enciende y mis dos mejores amigos aparecen en la oscuridad, ambos sonrientes con pequeños sombreros de fiesta en la cabeza.

"¿Qué están haciendo aquí?", Pregunto confundida. "¡Sus ciclos de sueño no están sincronizados con los nuestros! ¡Deberían estar dormidos!

"¿Y perdernos tus 15 años?" Victoria se ríe. "De ninguna manera."

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Traducido por @kex