Ocurre que no tenemos los datos completos, hay elementos que siempre desconocemos, entonces no podemos saberlo todo, no podemos ver que ocurre cuando nos correspondemos con una persona y no con otra, no podemos ver porqué en ese preciso momento y no en otro, no podemos conocer porqué con sus características particulares, y no con otras. No podemos verlo, ni saberlo. Solo la “divinidad” puede y lo sabe.
Por tanto preguntarse: ¿para qué llegó esa persona a tu vida? Para que crecieras interior y espiritualmente. Las relaciones con las situaciones que más te rinden, las que te hacen voltear a mirarte, las que te enseñan humildad, son las que mejores regalos te dejan, son las excelentes, son las especiales. Agradécele mucho a esa persona que es perfecta, pues te entregó un mensaje. Que siempre es un regalo. Ya sea una lección o una bendición. Ábrelo y disfrútalo.
Cada persona que entra a tu vida es especial, sé tu también, corresponde a lo que se te ofrece, la oportunidad de siempre aprender o de enseñar, nadie es casual y nadie es causal..O son una lección o son una bendición e inclusive ambas, que son esos ángeles terrenales que comparten nuestra historia.