()
La historia es solo una pequeña sombra del olvido. El proverbio dice, la historia la escriben los vencedores. Este adaje seria valido si la historia se escribiera siempre de manera póstuma, si fuera la conclusion, narración de lo que pudiera haber sido.
Esta actitud pudo ser bastante empleada en el pasado, pero en nuestros días, el progreso se infiltra en todos lados. Hoy ya la historia no se cuenta para sentenciar lo que paso, sino para crear, orientar lo que esta pasando. Si este fenómeno daría mucho que hablar en el ámbito de la política y la economía, intentare, en este breve articulo, atenerme a al la esfera de la cultura y el arte.
La palabra artista, con el sentido que le damos de nuestros días, es muy reciente, y tiene su origen en el renacimiento con personalidades como Leonardo o Miguel Angel. Antes de ese periodo el artista se confundía con el artesano, y su función no era de expresar una individualidad sino un orden cósmico. Los artistas egipcios hicieron esculturas y pinturas cuyo estilo y manufactura, pudo ser invariable durante siglos. Esa individualidad artística que nace en el renacimiento, ira creciendo poco a poco durante los siguientes siglos y tiene en nuestra época un apogeo que puede ser también su destrucción. El otro lado de esta subjetividad creciente es la imposible comunicación que por su propia naturaleza implica. El arte estático de las civilizaciones pasadas, era un lenguaje común, compartido. Era mas que una experiencia estética o intelectual, era una experiencia metafísica, era una estructura que ligaba los hombres y el universo; la otra cara de la religion. La permanencia de un estilo, de una simbología, junto con los mitos religiosos, garantizaba la « comprehension » del arte, por aquellos que lo vivieron en su debido espacio tiempo.
La individualidad artística a permitido una creciente libertad en la expresividad, pero expresar y comunicar no son lo mismo. Y a veces lo expresado no vale la pena de ser comunicado.
Eso, y la falta de educación artística, explica en parte, el chaos que puede parecer la esfera del arte contemporáneo, y su hermetismo para mucha gente.
Otro fenómeno importante, que tal vez es el que mas importa en nuestros tiempos, es el culto de la personalidad del artista. Hoy mas parece importar lo que es, o lo que parece ser, que lo que realmente hace. Ya no es la historia, el gusto el que decide que artista merece su lugar en la memoria, sino que lo decida el espacio de su fama. Para que un artista triunfe, el arte en si, muchas veces se vuelve secundario, dejando el primer lugar al « arte » de venderse, de convencer y adquirir un reconocimiento social.
Mas aun, en nuestros días, muchos artistas son « creados » por agencias de publicidad. Se convierten en un producto que la publicidad y el marketing venden y normalizan.
Hoy que nadie sabe cuanto vale realmente cualquier producto (me refiero a su costo real de fabricación, sin contar con los beneficios de los interminables intermediarios, el arte se convierte en el producto ideal de especulación, mejor incluso que las cryptomonedas. Cuanto vale un dibujo, por uno no daríamos ni unos céntimos, otros cuestan millones de dólares. Si muestro un dibujo y digo que es del panadero de al lado, muchos no le prestaran atencion. Si lo presento como de la mano de Picasso, lo podría vender unos cuantos millones.