Era un día muy soleado, yo iba caminando por las altas y frías montañas de Durango, los rayos del sol atravesaban las heladas hojas de los altos arboles que se movían de un lado a otro por culpa del frió viento, conmigo traía mi pequeña pero confiable cámara, cuando en un paisaje con bosque cerrado mire un pequeño cuerpo que se movía sobre una roca llena de viejas y secas hojas, su movimiento era lento pero constante, me atreví acercarme para ver que era aquel extraño cuerpo que se arrastraba sobre aquella vieja roca.
Cuando al fin pude distinguir lo que era, no pensé en otra cosa, me quede observando el movimiento de este pequeño bichito y como luchaba para desplazarse, pensaba en cual era su destino, pensaba que si este bichito tenia alguna cosa importante por hacer, pensaba si llevaba alimento a su familia, no se muchas cosas pasaron por mi mente al mirar ese lento y constante movimiento.
En ese momento entendí que todos los días se lucha por sobrevivir, no importaba cuales eran tus condiciones o problemas pues nada es fácil en la vida.
Francisco Garcia