Hablar en público es algo que a muchas personas les resulta difícil, incluso a las más experimentadas, sin embargo, existen opiniones encontradas sobre si es mejor hablar sin preparación o con mucha.. Algunos expertos en comunicación argumentan que la preparación previa es esencial para garantizar el éxito de una presentación, mientras que otros creen que la improvisación es una técnica valiosa para hacer que una charla sea más espontánea y auténtica.
Por un lado, hablar con mucha preparación puede parecer beneficioso ya que nos permite tener un mayor control sobre el contenido y la estructura de la presentación. Al tener una idea clara de los puntos principales que queremos destacar, es menos probable que perdamos el hilo del discurso y que nos quedemos sin cosas que decir. Además, la preparación previa también puede ayudarnos a reducir la ansiedad, a sentirnos más seguros y confiados mientras estamos hablando.
Por otro lado, la improvisación puede ser una técnica efectiva para añadir una dosis de frescura y naturalidad a una presentación. Al hablar sin preparación, estamos obligados a responder inmediatamente a las preguntas del público y a adaptar nuestra comunicación a las necesidades y expectativas de la audiencia en tiempo real. Esta técnica también puede ayudarnos a conectarnos mejor con los oyentes, ya que estamos en sintonía con ellos y podemos ser más creativos y espontáneos en nuestras respuestas.
En general, la respuesta sobre si es mejor hablar sin preparación o con mucha depende del tipo de presentación que se quiera realizar, así como de la experiencia y habilidad que tenga el orador en el tema que está tratando. En la mayoría de los casos, lo ideal sería encontrar un equilibrio entre la preparación y la improvisación, de modo que el orador tenga una idea clara de los temas que quiere comunicar y esté lo suficientemente preparado como para responder de manera eficaz a cualquier pregunta o comentario inesperado.
En conclusión, si bien la preparación previa puede ser útil para que un orador se sienta más seguro y tenga un mayor control sobre el contenido de su charla, la improvisación también es una técnica valiosa para hacer que una presentación sea más dinámica y auténtica. En última instancia, lo más importante es encontrar un equilibrio adecuado entre ambas técnicas, que dependerá del tipo de presentación que se quiera realizar y de las preferencias y habilidades del orador en cuestión
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