Cuando estamos estresados nos cuesta más actuar y adaptarnos. Generalmente entramos en un bucle de distrés que afecta cómo pensamos, qué hacemos, cómo aprendemos, las decisiones que tomamos, cómo nos sentimos e incluso nuestra motivación. Con todo, nuestro entendimiento de las cosas que nos rodean se modifica e incluso nuestra identidad se confunde a medida que el falso self aparece.