El coronavirus ha impactado la salud mental de los pacientes, y a los trabajadores que atienden directamente cuadros severos. Por lo mismo, se requiere reducir la carga de quienes prestan servicios vitales para la salud, y extender el apoyo mental para quienes lo requieran, sean pacientes o profesionales sanitarios. En EEUU, casi un tercio de los trabajadores de la línea de frente de salud están considerando no solo cambiar su trabajo, sino cambiarse de rubro.
Por otro lado, la telesalud ha afectado como el paciente recibe e interpreta los servicios. Aquellos que no se sienten gratos en un ambiente en vivo y en directo, por ejemplo, hoy pueden muchas veces acceder a terapias y tratamientos remotos y sentirse más cómodos. La telesalud aumentó de forma significativa en el peak del COVID, habiendo particularmente un mayor crecimiento en el área de salud mental que en lo que refiere a la salud física. El IAPT en Manchester, por ejemplo, tuvo que movilizar en cuestión de dos semanas alrededor de cinco mil personas a sistemas digitales, logrando el doble de citas mensuales remotas mediante sistemas de Microsoft.