Mi mascota y mejor amiga se llama Keysy, ella llegó a mi vida hace apenas tres años de sus trece, su antigua familia emigró a Argentina y me la regalaron, ya trajo su nombre y preferí dejárselo para no causarle confusiones a ella.
He tenido durante mi vida 14 perros incluyéndola a ella, solo que esta llegó a mi existencia en la temporada más dura y ruda que hubiese vivido, atravesando una tormenta de arena en el desierto, donde si quieres abrir los ojos no puedes ver, donde te pesan las piernas para andar. Keisy llegó con su amor incondicional a hacerme la compañía necesaria, nunca había tenido una mascota tan fiel, en estos momentos está aquí a mi lado acompañándome las horas que sea a escribir, no se queja solo le importa estar conmigo, cuando salgo me espera el tiempo necesario mirando hacia la puerta de entrada para verme llegar y saltar de alegría.
Desde el primer momento que llegan, mi familia aumentó a 4 con su llegada, ella come en las horas y donde nosotros comemos, está todo el tiempo en nuestra compañía. Con nosotros tiene un hogar para siempre.
La recuerdo claramente mi primer perro a los 5 años, “Jaucito”, era un hermoso animal, un mestizo muy elegante de raza pequeña, fue algo verdaderamente traumático pues al perrito se lo robaron delante de nuestros desconcertados ojos en el abasto de la barriada donde habitaba, estando mi hermano de 4 años y mi mamá. Lo tomaron y salieron corriendo un joven adolescente que rápidamente desapareció montándose en un autobús.
Hace cerca de dos meses tuvieron que operarla para hacerle una histerectomía y un fibroma que tenía en la vagina. El veterinario me la quitó de los brazos y ella se quedo mirándome fijo como preguntándome ¿Qué pasa? Me le acerqué y le dije: aquí te va a esperar mami, sus ojos grandes como incrédula que la estuviese entregando a un extraño y así se la llevaron a pabellón. Cuando despertó de la anestesia y me vio allí a su lado toda la dicha del mundo le volvió a los ojos que estaban de nuevo alegres, fueron increíble ambas expresiones la de marcharse y cuando volvió a verme ya operada.
Wow, historias así demuestran que aun existen personas bondadosa y de buen corazón, gracias por darle a Keysys un nuevo hogar lleno de amor, nunca es fácil adaptarse a una nueva familia, es un trabajo difícil y gracias a Dios los obstáculos no han impedido la felicidad de esta guerrera.
Saludos.
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Keisy es muy linda y usted le ha dado mucho cariño por eso ella es fiel.
Que triste lo que pasó con su otra mascota , hay personas que son malvadas.
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