Fueron muchas lunas las que esperé por ti, mis días y noches eran ese soplo de vida que a ti se te diluía pero llenaba la mía. Esperar siempre lo hice, las largas listas de espera, los compromisos no asumidos, la llamada inesperada y una incompatibilidad que me decía –aguanta, la hora no ha llegado. Trataba de que cada instante de mi existencia pasara con lentitud mientras el tiempo se empeñaba en correr y empujarme. Saber que cada día es un regalo y que puede ser el último te enseña a valorar y saborear cada instante. Huía siempre del amor, no por mí, pues no puedes romper algo que nació roto, era más bien por quien tuviese la desafortunada suerte de coincidir conmigo en esta existencia. Aún recuerdo a ese chico del colegio a quien le partí el corazón cuando se armó de valor para confesarme su amor y me dijo que estaría conmigo toda la vida y yo le dije entonces será muy corta tu vida con mi presencia.
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I was on the list of patients waiting for a heart donor when I was only 12 years old, a devastating event for my parents, we do not know how long the doctor always said we must be patient while the statistics filled my parents' lives with even more sorrow and suffering. I know well that if any of their hearts would have served me they would have given it to me but it does not work like that. I cried, yes a lot, every day was a subtraction sign in my calendar, at that time I decided that I would no longer keep track, that I didn't care what day of the week it was, what was important were the slight beats of my heart. My mother in her sorrow encouraged me and told me -think that yours is a heart that is on loan and that soon it will come to stay with you, you will see that the one who borrowed your heart will surely give it back to you at some point. That idea gave me a little hope although as I grew older I was saddened to think that someone would die to return my heart.
Entre en la lista de pacientes que esperaban un donante de corazón con apenas 12 años para mis padres un hecho devastador, no sabemos cuánto tiempo decía siempre el doctor hay que ser pacientes mientras las estadísticas llenaban aún más de pena y sufrimiento la vida de mis padres. Sé bien que si alguno de sus corazones me hubiese servido seguro me lo habrían dado pero no funciona así. Lloraba, sí mucho, cada día era un signo de resta en mi calendario, por ese entonces decidí que ya no llevaría la cuenta, que no me importaba que día de la semana era que lo importante eran los leves latidos mi corazón. Mi madre en su pesar me animaba y me decía –piensa que el tuyo es un corazón que está en préstamo y que pronto llegará para quedarse contigo, ya verás que seguro a quien le dieron prestado tu corazón en algún momento te devolverá. Esa idea me dio un poco de esperanza aunque al hacerme un poco mayor me entristecía pensar que alguien debía morir por devolverme mi corazón.
Although it took time my loaned heart arrived, one day a call from the hospital and the suitcase that was always waiting for it came out of my mother's hand and I from my father's arm, when we arrived the doctor told us -good luck, and even in the midst of everything I felt a great sadness, I just imagined that for my parents the reason for their joy was sadness and loss for others. The doctor noticed that something was wrong with me and I guess I was not the first one to think that way because before entering the surgery he told me -do not feel sad, be happy who donates this heart did it in full use of his faculties and his sincere expression of giving life after his own, if his call to paradise occurred before his time. Our life is a loan and we are under obligation to repay the much that is given to us in some way. And so it was that my borrowed heart returned to me.
Aunque tomó tiempo mi corazón en préstamo llegó, un día una llamada del hospital y la maleta que siempre estaba hecha esperando por ella salió de la mano de mi madre y yo del brazo de mi padre, al llegar el doctor nos dijo –en hora buena, y yo aun en medio de todo sentía una gran tristeza, yo solo me imaginaba que para mis padres el motivo de su alegría era la tristeza y la perdida para otros. El doctor notó que algo me pasaba y supongo que no era la primera que pensaba de esa forma porque antes de ingresar a la cirugía me dijo –no te sientas triste, alégrate quien dona este corazón lo hizo en pleno uso de sus facultades y su expresión sincera de dar vida después de la suya, si su llamado al paraíso ocurría antes de tiempo. Nuestra vida es un préstamo y estamos en la obligación de devolver lo mucho que se nos da de alguna forma. Y fue así como mi corazón en préstamo regreso a mí.