Hay aun un tiempo de esperanza para ti, no desesperes. Todo va a estar bien, confia en Dios y el hará.
Quizá estés enfrentando un fuerte viento que ha venido a desbalancear tu vida, y entre llantos y sollozos, te preguntas ¿en donde estás mi Dios?. Quizás estas enfrentando una prueba en tu salud y la enfermedad ha tocado a tu puerta, y estas en desesperanza, preguntándote si habrá sanidad para ti. Quizás los afanes de esta vida te están robando el verdadero propósito de tu vida, y piensas que el camino se ha hecho largo para seguir. Quizás te han herido tan profundamente, que sientes, que todo está perdido, y que no hay solución. Quizás en medio de tu angustia, has dicho que ya no puedes seguir creyendo. Quizás, hayan demasiados problemas a tu alrededor, que quieren empañar la visión del futuro. Quizás han querido deformarte, diciendo cosas de ti que no te identifican, y te ha dolido el alma, con tan solo escuchar.
Quizás te hayas detenido en el camino, pensando hasta aquí llegue, ya no tengo más fuerzas.
Pero..!!! RECUERDA ESTA PROMESA:
Jer 29:11: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis."
Sabes nuestro Dios conoce tu circunstancia, tu situación, tu problema, tu enfermedad, tu dolor, tu angustia, tu llanto, tu desesperación, y su brazo de misericordia no se ha acortado, el sigue extendiendo de su gracia y de su favor a todo aquel que reconoce que necesita de su presencia, el sigue siendo la esperanza de salvación para nuestras vidas, así que cuando sientas que ya no puedes más, corre a los brazos del Señor y el verá tu corazón sediento, tu corazón anhelando su presencia, El verá tu corazón, y dice su palabra que al corazón contrito y humillado no desprecia.
Contamos con un Dios y Padre que nos ama, y porque nos ama, nos da la oportunidad de venir a sus pies, para recobrar fuerzas, para ser consolados por el, para descansar en su presencia, para tener esperanza en el nombre de su hijo, quien nos ha comprado a precio de sangre preciosa, en quien podemos entregar todas nuestras cargas y encontrar la verdadera paz.
Por eso recuerda que nuestro Dios, es el verdadero refugio donde podemos recurrir continuamente para hallar gracia y misericordia para el oportuno socorro. Buscale hoy y encontrarás paz y las fuerzas que necesitas para seguir adelante en sus caminos.