Una de las mayores injusticias que se pueden cometer es la humillación y el abuso de los más débiles de la sociedad, ese es un problema muy común hoy en día, en el hogar, en la escuela, en el trabajo, debemos ser justos, iguales con cada compatriota, cada persona. Dios quiere para todos nosotros que todos tengamos la misma oportunidad, porque no solo acepta a los demás como a nosotros, sino que también tiene un respeto especial por los que son más discriminados.

Esta reflexión nos lleva a la conclusión de que debemos comenzar por cambiar nuestra mente y corazón, porque debemos imitar el amor de Jesús para levantar a los demás, porque todos somos iguales ante Dios, si realmente enseñamos sobre el amor de Jesús, conduciremos hacia un mundo mejor, porque no se trata sólo de acabar con la guerra, sino también de comprender, aceptar a los demás, respetar sus opiniones y anteponer la igualdad de Dios.

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Good evening friends of this community of God, and may everyone attain the Divine Mercy of Our Creator Father