I.- POBRE EN ESPÍRITU. V.3. 👍👍
Generalmente pensamos que toda pobreza es mala, pero aquí, Jesús nos dice que la verdadera felicidad viene dada por medio de la pobreza espiritual. Quizás usted piense: ¿Pero para qué voy a ser pobre espiritualmente? Necesito es ser rico espiritualmente. Si la Palabra de Dios nos dice que nos bendice con toda bendición espiritual, y entonces ¿por qué voy a ser pobre? Creemos que la pobreza es una maldición impuesta por el enemigo al pecar el hombre.
Sin embargo, rompiendo todo paradigma y creencia, Jesús nos dice: que eres verdaderamente feliz si eres pobre espiritualmente. Ahora ¿Qué significa ser pobre espiritualmente? No se trata de esa pobreza en espíritu que, en lugar de bendición, es una maldición y un pecado. Pobreza espíritu es:
I.1.- Son los que reconocen su pobreza espiritual y, dejando a un lado toda autosuficiencia, buscan la gracia de Dios. Tienen corazón de pobre que se sienten pequeño, mendigo, insuficiente y depende siempre y en todo de Dios.
¿será qué reconocemos nuestra pobreza espiritual? Al depender siempre y en todo de Dios. O hacemos lo contrario. Un rasgo que distingue al discípulo de Jesús, es que tiene pobreza espiritual. En todo depende de Dios.
Queremos resolver nuestros problemas y situaciones a nuestra manera y como lo vemos. Pero no dejamos que Dios actúe, que sea Él, el que nos dirija. No le lanzamos a Dios el problema, nos creemos autosuficiente. Todo lo contrario, a lo que Jesús demanda de sus discípulos. Es necesario que dependamos de Dios siempre y en todo y no nos creamos autosuficiente. Necesitamos buscar la gracia de Dios y tener un corazón que nos sintamos insuficiente y dependamos siempre y en todo de Dios. En pobre en espíritu es:
I.2.- Todo el que no pone su corazón en las riquezas de este mundo y que, al tener así su corazón despegado de lo temporal, vive contento, como Pablo, lo mismo en la abundancia que en la escasez. Sin embargo, cuando vienen los momentos económicos difíciles, nos angustiamos y hasta andamos de mal humor ¿Por qué me salen mal las cosas a mí? Y no dejamos que Dios actúe. Es necesario tener un corazón despegado de lo temporal, y apegarnos más a las cosas eternas. Por lo tanto, debes colocar tu corazón en las cosas eternas, que traen vida. Todo lo temporal se acaba, se termina. Anhelar estar en su presencia, conocerle, hacer el bien, obedecer su Palabra, enseñar la Palabra de Dios, predicar el evangelio. Estas son algunas cosas que nos traen riqueza espiritual.
I.3.- El pobre en espíritu es quién, al tener riquezas de este mundo, está dispuesto, como Job, a bendecir a Dios cuando se las quite, y ayudar a los menesterosos, no sólo sintiendo compasión del necesitado, sino también socorriéndole eficazmente en su necesidad.
I.4.- El pobre de espíritu es el que ha perdido toda confianza en su propia justicia y en sus propias fuerzas, y reconoce que depende totalmente del mérito de la obra de Cristo y del poder de su Espíritu. Ese corazón contrito y humillado con el que el publicano clamaba propiciación para un pobre pecador, eso es pobreza en el espíritu. Poner a Jesús como el único camino para la salvación de nuestras almas.
II.- LO QUE NO ES POBREZA DE ESPÍRITU: 👍👍
II.1.- La de un pobre y menesteroso que codicia las riquezas de este mundo, y ve con envidia como otros disfrutan de lo que él no tiene.
II.2.- Tampoco es pobreza de espíritu la falsa humildad. Es posible engañar al hombre, pero no a Dios.
Esta pobreza de espíritu figura de primera entre las bendiciones. Los filósofos no reconocieron la humildad como una de las virtudes, pero Cristo la puso en primer lugar, como fundamento de todas las demás virtudes morales. Cuanto más alto se construye un edificio, más profundo se echa el fundamento. Y la humildad ocupa uno de esos fundamentos. Ahora:
III.- BENDICIONES DE SER POBRE EN ESPÍRITU: 👍👍
III.1.- Son ya felices en este mundo porque Dios cuida siempre de ellos, nunca les faltará nada (sal. 23) y tendrán descanso completo. De esto gozamos nosotros por ser discípulos de Jesús, pero es necesario buscarle cada día. Mientras que los arrogantes y ambiciosos se hayan siempre inquietos.
III.2.- DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS: Aquí disfrutan ya del reino de la gracia, y para después les está preparado y reservado el Reino de la Gloria. Esto es para los discípulos de Jesucristo, que sean pobre en espíritu. Tú está allí, es una bendición pertenecer a ese grupo. Hay que luchar día a día para que cada día nuestro corazón sea más pobre en espíritu. Los grandes y ambiciosos de este mundo pasan con el mundo y sus deseos (I Jn. 2: 17), pero los humildes, mansos y misericordiosos obtienen la gloria incorruptible del Reino de los cielos.
Así que como hijos de Dios y discípulos de Jesucristo debemos ser Pobre en espíritu, la Palabra de Dios nos dice que esto es una gran bendición, mis hermanos. El carácter del discípulo de Cristo debe tener este rasgo característico de ser Pobre en espíritu. La bendición: es nuestro el Reino de los Cielos.
El primer rasgo que distingue al discípulo de Jesús del resto, es ser: POBRE EN ESPÍRITU.
Que Dios les bendiga y trabajemos para dejar todo orgullo y arrogancia y tener más humildad y ser realmente: pobre en espíritu. Que Dios les bendiga.