¡¡¡Bienvenidos amigos, que la bendición de Dios este siempre con ustedes!!!
Lectura en: Juan 12:1-8
Jua 12:1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.
Jua 12:2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Jua 12:3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Jua 12:4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
Jua 12:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Jua 12:6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
Jua 12:7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Jua 12:8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis. RVR 1960
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Sucede esto son as cosas mas sencillas del diario vivir. Por ejemplo, hacer una llamada telefónica para decirle gracias a alguien que nos obsequio algo, en fin, situaciones del diario vivir que nos presentan oportunidad de demostrar amor.
¿Le paso alguna vez que el enfermo que iba a visitar se murió y usted no llegó? ¿Se le paso de saludar a alguien el día de su cumpleaños?
Hay situaciones en la vida que solo se dan una vez.
De buenas intenciones esta llena la historia, pero con solo intenciones no arreglamos nada. Hay un dicho popular que dice: "Del dicho al hecho hay mucho trecho".
María amaba a Jesús y quería demostrarlo. No tuvo en cuenta "el que dirán de los demás" ni quienes la podrían ver haciendo lo que pensó hacer. Hizo algo extravagante lavando los pies de Jesús con un muy costoso perfume. Luego con su cabello distribuía el perfume sobre los pies de él. No le molestó ensuciar su cabello.
Note que al fin todos los que estaban presenciando esa escena, se beneficiaron. La casa se lleno del aroma de aquel perfume dejando una sensación agradable para todos.
La vida es incierta y transitoria por eso no hay que postergar para otro día cuando pueda hacer cosas por otro. Maria Magdalena lo hizo con Jesús.