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Hoy quiero compartir una palabra que me ha parecido muy hermosa y se encuentra en la biblia en 1 Corintios 3;
6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Esta palabra la encuentro muy hermosa y llena de un significado maravilloso, está palabra nos muestra la eficiencia del trabajo en equipo, lo que esto funciona, las bendiciones que pueden conseguirse con actuamos de esta forma.
Esta palabra nos enseña lo maravilloso que es Dios y quienes somos nosotros. A través de ella podemos entender que si nos dejamos usar por Dios seremos personas aquí en la tierra con las que El pueda contar para que el reino se haga presente, que hermoso es que Dios pueda considerarnos sus colaboradores, significa que vamos por buen camino, que nuestro obrar está bajo su voluntad.
Aquí también podemos observar un trabajo en equipo realizado por Pablo y Apolo, Dios puede hacer algo grande cuando dos o más personas se dejen llevar por ese mismo sentir que El ha puesto en sus corazones, el poder del acuerdo se manifiesta, vemos cómo dos personas distintas pueden ser usadas por Dios para diferentes tareas pero con un mismo fin .
Nunca podemos dejar de lado la obra de Dios, nosotros podemos ser usados por El para alguna tarea o propósito, seremos los que daremos ese primer paso, pero sin si ayuda, el crecimiento será imposible, nosotros podemos hacer todo lo humano posible, pero ese toque mágico, celestial, solo puede venir de parte de Dios, quien hace que toda obra sea magnífica.
Pero no obstante podemos ignorar que Dios ha prometido bendiciones, recompensas, para aquellos que han tomado la decisión de ser obedientes a su llamado, y cada quien recibirá esas recompensas según el trabajo que haya realizado.
Amados cuando Dios desee usarnos como instrumento suyo, coloque en nuestras manos una obra en conjunto con alguien más, dejemos de lado los sentimientos y emociones humanas y aprendamos a trabajar conjuntamente hasta lograr el propósito de Dios.