Debemos hacerle “on” a este pequeño botón, capaz de reactivar nuestra alma, a través de varias opciones: la meditación es una de ellas, pueden encontrar cientos en internet, destinadas a activar esta glándula, ya que a medida que crecemos va perdiendo su potencialidad, con nuestra sobrecarga de ideologías negativas, miedos y frustraciones, ella hace “off”. Otras actividades son el yoga y la visualización positiva, elementos que traen la paz (combustible) necesaria para impulsarla de nuevo progresivamente.
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La neurociencia progresa con grandes pasos ya desde hace muchos años se maneja la máxima de que el alma vive en el cerebro y podemos acceder a ella, ¿No es espectacular esta hallazgo? se habla científicamente de las neuro emociones como causantes no solo de enfermedades sino de situaciones calamitosas de la vida diaria que son atraídas como por una fuerza magnética con los pensamientos negativos, los cuales tienen mayor impulso y potencia cuando el botón espiritual se encuentra en “off”. Les dejo el Link
El alma que tenía un hábitat etéreo ahora tiene un hogar en nuestro ser, no son especulaciones hay trabajos científicos que lo reseñan, sin embargo si meditamos o hacemos yoga y no estamos consciente de que todo esto debe ser movido por la fuerza mayor de todos los tiempos, el amor propio y por nuestros semejantes, de nada vale, motivados por ese sentimiento debemos activarnos. Amor por nosotros para elevar auto estima y el amor por otros que al prodigarlo regresa convertido en cosas buenas.
También se habla de la conexión cerebro corazón ósea emoción razón, que no es otra cosa que la propia vida encauzada a tener un alma activada en “on”. Trabajemos esa oportunidad que se llama “botón espiritual”. Es mucho lo que de nosotros mismo podemos generar para la sanación física y espiritual , todo está dentro de nosotros, sepamos activar lo mejor, lo sano, lo hermoso para transcurrir una vida más placentera, mirándola a través de los ojos del alma.
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. (Gustavo Adolfo Bécquer)
Les dejo una meditación de la glándula pineal