Hola, mi apreciada comunidad de Venezolanos Steem. Hoy le vengo a contar un momento muy grato, emocional y feliz que tuve el día 14 de abril del año 2021 cuando, después de más de un año de vernos todos, me pude reunir virtualmente con mi hermano (que se encuentra en Buenos Aires, Argentina), y con mis abuelos paternos (que se encuentran en la Isla de Margarita, Venezuela).
Uno de mis hermanos, tiene más de un año viviendo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y fue un momento muy duro el de su partida para toda la familia.
Y mucho más sabiendo que no era por “vacacionar”, sino para buscar un mejor futuro ya que, en su país... En nuestro país, se le era imposible seguir viviendo. En ese momento se llenaron nuestros corazones de esperanzas de verlo en persona pronto y nuestros ojos de lágrimas. Y al ver partir el autobús en el cual se iba mi hermano, con él se fue una parte de mi corazón que, siempre estará acompañándolo. Y hasta que lo vuelva a ver, siempre quedaran en mi memoria, momentos en los que reímos, y contamos con el otro, como siempre.
Por otro lado, mis abuelos paternos, viven en la Isla de Margarita desde hace un poco más de 11 años, y aunque anualmente, viajábamos a la Isla en las épocas que teníamos disponibilidad tanto monetaria, como de tiempo. No vamos a Margarita desde junio del año 2019, ya que, la situación de la pandemia no nos permite trasladarnos de una manera en la que nos sintamos cómodos, sin descuidar nuestra salud.
Primero comenzamos hablando mis 3 hermanos (Alberto, arriba a la izquierda. Antonio, arriba a la derecha. @jorge2280, abajo a la izquierda) y yo (abajo a la derecha), nos pusimos al tanto, hablamos de qué habíamos hecho, nos reímos, recomendamos películas y series, de nuestro equipo favorito, hablamos de nuestros futuros planes y disfrutamos mucho al vernos las caras.
Luego, se unieron nuestros queridos padres (@luzmata y @diapamata), y luego de disfrutar y hablar con ellos, decidimos llamar a nuestros abuelos (Bartolo y Emilia, en el medio a la derecha). Los cuales no pudieron contener la emoción al ver a sus nietos después de tanto tiempo, juntos en una misma pantalla, las lágrimas brotaron, pero la alegría reinó sobre todas las cosas, y fue un momento muy emocional y hermoso para todos nosotros. No queríamos colgar nunca, pero por situaciones de tiempo, todos debimos dirigirnos a realizar una actividad distinta, y así concluimos la mejor videollamada que hemos hecho. Con el mejor sabor de boca, la esperanza de vernos más seguido, y la alegría de poder compartir con nuestros seres queridos a pesar de la distancia.
Muchísimas gracias a todas las personas que se tomaron un poco de su tiempo para leer mi post. Saludos.