El niño y el caballo, de Orlando Araujo. Un análisis en cinco tiempos. (II)

in hive-108800 •  3 years ago 

¡Salud y vida, amados steemians!

Ya estoy en el segundo tiempo de mi trabajo analítico. Como lo anuncié antes, este momento presentará otros dos elementos narrativos indispensables: el narrador y los personajes.

En el primer tiempo desarrollé la presentación de tres elementos fundamentales: la historia, el tiempo y el espacio.

El tercer tiempo ofrecerá una reflexión acerca del valor educativo de este relato de Orlando Araujo. Y para ello me detendré en la presentación de los temas desarrollados en la obra y la identificación de su lector modelo.

El cuarto tiempo contendrá un análisis lingüístico y de los elementos editoriales que, junto con el discurso escrito, conforman el relato.

El quinto tiempo estará dedicado exclusivamente a la valoración estética de las ilustraciones de esta obra literaria.

Como les pedí en el post anterior, espero tengan la amabilidad de seguirme en este camino y aprecien este relato que nos ha legado nuestro destacado escritor Orlando Araujo.

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El narrador – Los narradores

La historia de El niño y el caballo, de Orlando Araujo, es presentada inicialmente por un narrador que se encuentra
fuera de este universo ficticio, es decir, un narrador extradiegético. Es claramente un narrador omnisciente. Sin embargo, nos presenta en el primer párrafo a otro narrador, uno que está dentro de la historia, un narrador intradiegético:

El viejo se acercó al niño y comenzó a contar.

Aquel narrador inicial se desvanece (como lo hará luego el viejo) y ambos narradores alternan en la relación de los hechos. Aparecen y desaparecen.

Los viejos vivimos contando cuentos. Los cuentos de los viejos son como el pan de los niños.

En el último capítulo ya el viejo no cuenta la historia de José de Jesús sino que reaparece el narrador extradiegético:

el contador de cuentos se levanta con dificultad, se sacude los pantalones, se pone el sombrero y se apoya en su bastón de peregrino para seguir su rumbo…

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Los personajes

En esta obra de Araujo nos encontramos con personajes de carácter muy complejo, de esos que realizan acciones imprevisibles, inesperadas por el lector. Estos personajes evolucionan, cambian se transforman. No son planos sino que ofrecen una densidad psicológica que se asemeja muchísimo al de los seres humanos de la vida real. No parecen seres de ficción.

El niño, José de Jesús es, al principio del relato, un muchachito de unos siete años quien, por haber vivido siempre en la hacienda de café junto a sus padres, es conocedor de las faenas propias de los chalanes. Así, cuando su papá intenta enseñarle a montar caballos, ya el niño conocía la técnica.

José de Jesús crece sintiendo como suyo todo aquello que le rodeaba. Especialmente el caballo Canelapura, un potrico al que había visto nacer y quien creció bajo su cuidado.

José de Jesús sentía que aquel caballo le pertenecía. A pesar de que su padre le había tratado de enseñar “por las buenas y por las malas” que todo aquello era propiedad del Coronel, el niño no parecía aprender la lección.

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Juan Isidro, el padre de José de Jesús, un chalán de buen carácter y lealtad a toda prueba, demuestra con sus acciones que es también un padre amoroso y atento a la crianza de su hijo.

El viejo (el narrador intradiegético) cuenta una leyenda que gira en torno a Juan Isidro.

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Sinforosa, la madre de José de Jesús, es una matrona machista de recio carácter. Defensora de su hijo y capaz de enfrentarse a quien fuera (su esposo, el Coronel, los hombres del Coronel) con tal de defender su punto de vista.

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El Coronel, el dueño de la hacienda de café, es el típico funcionario que toma las leyes como un recetario personal y, amparado en su poder económico y político, decide por las vidas de todos los que están bajo su mandato.

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El Viejo, narrador testigo (¿o protagonista?) de la historia de José de Jesús, aparece como un personaje enigmático que (quizás) sabe demasiado para ser solo un viejo que va vagando por aquellos caminos contando historias que oyó por ahí.


El niño, el interlocutor del Viejo, representa al lector ideal, al oyente que escucha con verdadera atención lo que se le cuenta. Su espíritu se alimenta de la historia que le relata el Viejo.

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Gracias por su amable lectura

Gracias a Venezolanos Steem por este espacio y a @solperez y @marcybetancourt, sus amables administradoras.


Araujo, O. y Calvo, A. (ilustradora) (2005) El niño y el caballo. Venezuela: Monteávila Editores

Las ilustraciones son fotos que tomé a mi ejemplar de la obra de Araujo y editadas con PowerPoint

@eudisdiaz.png

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Oh de verdad que cada día me involucro mas. Y quiero saber mas, de verdad que haces un buen análisis de la historia, no puedo esperar al desenlace.

Saludos, @and21! Este relato es una verdadera joya literaria. A mí me parece que tiene un gran potencial para una película.
No te contaré el desenlace porque mataría tu deseos de leer la obra pero sí seguiré presentando cada elemento formal y temático para que te sigas motivando a leerla.
Gracias por seguirme. Hasta pronto.

Jajaja a cada momento ando revisando si ya colocaste la parte tres. Si tienes razón y ojala tu estés presente en esa película porque tu redacción es fenomenal. Feliz y bendecido día para ti

Jajajaja Descuida que yo te voy a enviar una notificación para que me leas. Ahorita estoy ful con un concurso que propuse y me ocupa gran parte del día. Te invito a que participes: https://steemit.com/hive-108800/@eudisdiaz/venezuela-concurso-semana-27-mi-juego-favorito-de-la-infancia-por-eudisdiaz

Recibido, ya leo de que trata para hacer mi participación. Muchas gracias. Feliz y bendecido día para ti

Magnífico trabajo de análisis. No he leído el cuento pero ya voy a empezar a buscar un ejemplar.

Saludos, @yelisusset! Gracias por pasar por aquí. Espero que lo encuentres. Es realmente hermoso.