Al levantarme de mi cama fui a tomar un vaso con agua y luego me fui a mi jardín con la finalidad de realizar mi recorrido matutino. Hay mucha humedad por la lluvia de estos dos últimos días. Pude darme cuenta que hay bachacos que están afectando el árbol de granada. Debo preparar un biocida de origen orgánico para controlar la población de bachacos. Al culminar mi recorrido me dispuse a preparar un exquisito café. Mientras el agua hervía degusté una bondadosa porción de lechosa.
Estaba pendiente de la puerta de entrada porque estaba esperando a mi sobrina María Alejandra, ella tiene una situación compleja de salud y mi hija María de los Ángeles va a acompañarla hasta la institución donde el médico va a atenderla. Primero llegó mi hija y luego, unos minutos después, llegó mi sobrina. Le di un gran abrazo a mi sobrina y de inmediato se fueron. Colé mi café, le serví a mi hijo Manuel Alejandro y me senté, diagonal a mi jardín, a degustar mi café y a energizarme con la musicoterapia natural que genera el canto de las aves. Finalicé mi taza de café y me dediqué a realizar algunas tareas domésticas mientras regresaba mi hija porque teníamos que resolver algunos pendientes e íbamos a salir fuera de casa.
Al llegar mi hija ya yo estaba lista para salir y nos fuimos. Aunque estamos en diligencias legales, el extraordinario buen humor que hoy me acompañaba fue mi mejor carta de presentación. Todo fluyó favorablemente. Después de varias horas ya habíamos salido de la institución en cuestión y nos vinimos caminando porque ya a esa hora no hay servicio de transporte colectivo a la comunidad donde vivimos. Sin embargo, el optimismo y el buen humor nos acompañó todo el trayecto. Tan es así que en la vía compramos plátanos maduros a muy buen precio. Puedo decirles que con rebaja y todo. Seguimos caminando y pudimos ubicar unos precios que requeríamos. En un momento nos sentamos a reposar porque ya habíamos caminado una distancia considerable y en ese momento, un vehículo se estaciona cerca y nos dio la cola.
Al llegar a casa preparé una ensalada con lechuga, tomates y aguacate. Me supo a gloria. Tenía algo de apetito. Al finalizar mi almuerzo, tomé una siesta y después me dediqué a trabajar por unas cuantas horas frente a mi ordenador. En este momento estoy escribiendo y comparto con ustedes mi día a día.