Venezuela Concurso - Semana 27 - Mi juego favorito de la infancia por @milaurys

Buenas y bendecida tardes; hoy después de varios días ausente, respondo al llamado de la amiga @eudisdiaz, así como agradezco a @marcybetancourt y @solperez por permitir la realización de tan simpático concurso.

Mi juego de infancia favorito

La imaginación siempre es el mejor aliado en estos asuntos, particularmente recuerdo 2 actividades (juegos) que solían gustarme mucho practicar durante mi infancia. el primero era ordenar todos mis peluches, pelotas y muñecas en una fila y con una regla larga, o me servía también cualquier palito, los mantenía en orden y los llevaba al aula de clases, eran mis alumnos y yo, la maestra, por supuesto los alumnos más inquietos eran las pelotas, siempre se dirigían a donde no debían, mientras que los peluches había que tomarlos de la mano ya que eran muy tímidos y no avanzaban.

En el otro juego contaba con un gran aliado. El chinchorro de mi padre. Durante esa época, solían estar colgados dos chinchorros, normalmente debajo de una gran mata de mango, allí viajaba, era mi automóvil, obre todo mi caballo veloz, este en algunas ocasiones me derribaba y terminaba con un gran golpe en el suelo.

La emoción y ese hormigueo en el estomago producido por la altura y la rapidez era súper increíble. Recuerdo una ocasión en particular en la que estaba en el Tigre, Estado Anzoátegui en casa de unos tíos, allí tengo unos primos que algunos son mayores que yo, todos hombres, y al estar jugando insistieron en ser ellos los jinetes de mi veloz corcel, y lamentablemente no pude guardar el equilibrio, termine en el suelo con un gran golpe en la cabeza, se armó un gran alboroto, reconozco que ellos nunca tuvieron la intención de lanzarme por los aires y que terminara cayéndome, pero siendo yo una niñita ellos recibieron todo el peso de la ley en nuestro pueblo del lejano oeste.

Recuerdo que corríamos y competíamos a ver quien era el primero en llegar al chinchorro, también otro uso que solíamos darle, era el de sube y baja. Cada uno de nosotros se ubicaba al extremo del mismo y nos movíamos hacia arriba y hacia abajo, produciendo el efecto de sube y baja, según la fuerza este también podía hacernos caer.

Actualmente, creo que si mi padre nos hubiese estado vigilando constantemente, nunca hubiera permitido este juego, ya que lo consideraría de alto riesgo.

Saludos y un gran gusto participar.

Fotografía tomada con mi teléfono personal, aún después de muchos años permanece un chinchorro en el patio de la casa de mis padres