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Ubicada al sur del Estado Bolívar, casi llegando a Santa Elena de Uairén, específicamente en el kilómetro 273, se encuentra La Quebrada de Jaspe.
Este nombre se debe a que el fondo de la quebrada es de una piedra semi preciosa de un color rojo muy intenso, llamada Jaspe, compuesta por cuarzo y sílice.
Es un sitio fácil de ubicar, ya que está bien señalizado, a la orilla de la carretera. Si bien exige una caminata, no muy larga, (algunos de mis acompañantes se quejaron de que era lejos), para llegar a la quebrada, el paseo es espectacular, sobre todo para los que aman la aventura, ya que la exuberante naturaleza y los frondosos árboles que rodean al visitante, deslumbran a cualquiera. Les recomiendo que la disfruten al máximo.
Al llegar a la quebrada, se despliega una hermosa cascada ubicada al final de una laja enorme, de aproximadamente de unos 300 metros, cuyo fondo es de apenas centímetros de profundidad. Este fondo por ser poco profundo, resalta la belleza del Jaspe Rojo que le da mayor exuberancia a la belleza del paisaje.
Mi hermosa hija Gabi, en la quebrada de Jaspe. Foto tomada por su tía Aracelis con una cámara Siragon HD 1080P
La cascada no es muy alta por lo que resulta magnifica para recibir los masajes del agua que cae por ella. Eso sí, prepárense mentalmente porque el agua es muy fría. Al menos, a mí me lo pareció (a muchos les gusta), pero para mí estaba helada.
En fin, después de un fortificante baño y deslizarse por la laja de Jaspe, la energía que emana de este hermoso lugar es indescriptible.
En cuanto a servicios, no cuenta prácticamente con ninguno ya que los organismos oficiales encargados del turismo en la zona explican que se trata de conservar las áreas naturales lo más vírgenes posible. No hay restaurantes ni hospedajes, así que se deben llevar los alimentos que se van a consumir y bolsas para recolectar la basura. Lo que si hay, son algunos espacios cercanos, señalados como aptos para acampar. Si tienen carpa, llévenla. ¡Pasar la noche en descampado en La Gran Sabana es indescriptible!
La experiencia fue inolvidable, así que los invito a todos a conocer este mágico y asombroso lugar en el corazón del Estado Bolívar, de donde saldrán relajados gracias al hidromasaje de la cascada y agradecidos con Dios y la vida por permitirles conocer esta belleza de la naturaleza venezolana.
Mi eslogan para fomentar el turismo en Venezuela es: