La extraña visita de Carlos y Claritza
Una tarde la encontré en la plaza sentada en una de bancas, todos pasaban y la veían con miedo, me detuve un momento y ella se conmovió al ver que no tenía miedo y por primera vez me acerqué, ignorando los consejos de mamá y de todos los vecinos, ella se hizo a un lado y con un gesto insistió que me sentara a su lado y allí me contó su historia.
Tenía un lindo bebé de meses a quien adoraba, era su mayor felicidad, un esposo que todas las tardes le traía un ramo de flores que olían a jazmín y juntos eran muy felices hasta que la última vez que salieron de paseo tuvieron un accidente y ambos murieron, desde ese día, ella se sumerge en su tristeza y conversa con ellos todos los días desde el sillón que Carlos su esposo le regaló.
¿Hablas con Carlos y la pequeña Claritza? Si, contesto, es una extraña compañía que me ha devuelto la esperanza desde que ellos se fueron, pero ¿Carlos y Claritza están muertos, como puedes hablar con ellos? Le pregunté… ella hizo un silencio y después de unos segundo respondió.
Ya han pasado seis meses desde que se fueron, estaba muriendo lentamente y tenía que buscar la forma de sobrevivir a este dolor, entonces, recordé uno de esos días locos de Carlos quien decía: cuando ya no este… no sientas tristeza, solo siéntante en este sillón y aquí conversaremos por largas horas… siempre estaré contigo, no lo dudes
Desde ese día converso con él todos los días, en el sillon, el jardín, el mercado, allí está el y Claritza dándole razón a mi vida… cuando escuche esta triste historia mis lagrimas me traicionaron, ella pasó su pañuelo de seda que siempre tenía cerca y lo paso por mis mejillas, la abracé con tanto cariño que olvide que tenía que llegar a casa.
Ve a casa, me dijo… tranquila… todos creen que estoy loca pero no es así… claro que sé que Carlos y Claritza están muertos solo es una forma de sentir el amor y la compañía de ellos para resistir este dolor, cuando me sentí abandonada por todos, quienes decidieron en medio de mi dolor pensar que era mejor alejarse cuando los necesitaba cerca. Gracias por tu linda compañía.
Esa noche llegue feliz a casa y conté a mamá todo lo que había pasado, le hablé de la historia de Luisa y todo lo que vivió, pensé que mamá me castigaría pero hizo algo mejor, reunió a todas las mujeres de la cuadra, prepararon manjares, un rico asado y todas visitaron a Luisa , ella estaba feliz de ver a todos en su casa , desde ese día Luisa dejó de tener esa extraña visita de Carlos y Claritza y aunque de vez en cuando ellos regresan , Luisa entiende que ellos jamás dejarán de existir en su corazón.
El duelo por la partida de nuestros seres queridos se puede presentar de una y mil formas. Por fortuna, Luisa pudo decir lo que sentía y de esa manera encontró el apoyo que necesitaba. Te deseo mucha suerte.
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