¡Hola, hola!

Después de un buen tiempo sin pasar por aquí, me topé con un post que incluía en su título, la palabra café y no pude evitar pinchar y leerlo. Después de leerlo, pensé: Esto es para mí, por lo que, casi inmediatamente, comencé a preparar mi post, el cual les muestro hoy.

Desde muy pequeña, me encanta el café. Vengo de una familia en la que a todos nos daban café desde pequeños. Mi abuela materna acostumbraba a darle a cada nieto un pintico (una arepita muy delagadita) con una taza con café humeante para el desayuno.

No sé si era bueno para nuestra salud, pero sí recuerdo que era muy bueno para nuestro paladar. Con el tiempo, me fui apropiando de esa singular práctica y, continué la tradición. Las arepas siempre se acompañan con café y si no hay de esa bebida negra e intensa como el amor que recién empieza ¡Ja, ja, ja! el descontento es mundial.

Lo cierto del caso, es que la hora del café es siempre un momento ideal para charlar de cualquier cosa entre amigos, entre la familia. En casa, solemos tomarlo juntos y comenzar a contar las novedades actuales del edificio, del compañero aquel que teníamos tiempo que no veíamos o, simplemente, de la novela o película que nos gustó.

Pero, siempre es un momento para crear recuerdos o, al menos eso creo yo. Cada conversación, cada risa, cada broma que subyace a la hora del café queda grabado en nuestras mentes y corazones. He llegado a pensar que el café es la poción Veritaserum venezolana, porque todo el mundo comienza confesarse en ese momento.

Asimismo, esa hora tan apreciada, es también como una especie de enlace cósmico definitorio de momentos cruciales en nuestras vidas. En algunas ocasiones, puede sigificar el inicio de una amistad muy bonita con alguien con el que jamás imaginamos siquiera tener algo en común.

Para otros, la hora del café pudiera significar el encendido de la llama ardiente de la pasión ¡Cuántos no se han entregado libremente y, no tan libres, al vaivén de un amor salvaje, fugaz y casual después de degustar un delicioso sorbo de café.

Aja, te estás riendo, porque es verdad, pillín- pillina.

Y, bueno, para los que no tenemos tanta suerte, pues, también es el cierre de un ciclo turbulento en tu vida, por esa razón, agradezco a Dios que exista, porque con cada sorbo el desamor, el despecho y la rabia se va haciendo más ligero. Por eso, antes de pelear, busco café y se me pasa. Es algo asi como mi apaciguador ¡Ja, ja, ja!

O ¿Será que con el tiempo aprendes que no hace falta el que se va, sino el que vendrá? Por esa razón, me tomo mi café, mientras llega otra oportunidad.

Así será de impactante y determinante el poder de esta bebida sabrosa que movió a sus amantes incondicionales a escribir sobre ella...

¿Quién dice que el café no mueve multitudes?

¡Saludos mis queridos lectores!

¡Un abrazo @skinnygirl!

Mis invitadas

@antoniarhuiz, @bettyacosta y @belkisa758

Aquí te dejo los pasos a seguir para participar en este reto.