VUELVO AL POEMA

VUELVO AL POEMA

Vuelvo al poema; vigoroso, callado.
Vuelvo con mis banderas,
algunas nuevas destrozadas,
algunas otras, invencibles;
vuelvo, inmensamente viejo:
para el nuevo rocío,
para la nueva laboriosidad de la abeja.

Vuelvo, con el peso de todas las historias,
con las derrotas que bajo la hojarasca sufren los insectos pequeños,
pero también con las victorias,
la de la araña que burla al lagarto,
la de la mosca que burla a la araña.

Vuelvo al poema con los cuerpos rotos de otros prójimos,
con sus narices alegres y sonrientes,
con la mitad cadáver de esperanza,
con la otra mitad lleno de sueños,
pero llego completo
aunque algunas mitades parezcan árbol seco,
llego, vigoroso, para escucharlo
porque al poema hay que prestarle todo.