Si, lo sé, nacimos para ser felices de una manera que solo nosotros conocemos, una compañía no lo es todo, pero si es necesario para abrir los ojos, y sentir todo el cariño que merecemos, y con ansias espero ese momento que tanto he deseado, aun no lo he sentido, pero debe ser bien bonito.
No entiendo a esas personas que hablan mal de ellas mismas cuando terminan una relación, mis amigos son un ejemplo, cuando están enamorados se imaginan caminando entre las estrellas, pero cuando esa luz se apaga, bajan de nuevo a la tierra con cientos de palabras convincentes.
Allá de aquellos que les parece interesante y le creen, allá de aquellos que les gusta hablar mal de una mujer, pero mientras que yo esté cerca, más les vale que ni pronuncien una palabra mentirosa, solo intentan quedar bien diciendo unas que otras cosas, pero no dicen cómo fueron ellos con esa persona.
Es así entonces cuando de repente surge ese sentimiento de confusión, cuando en el vacío del corazón aún hay amor, no declaran la aceptación y lo que un día fue amor hoy se convierte en dramatización.
Está bien, puede que sean ciertas unas que otras palabras, pero como bien dije antes, jamás me voy a romper antes alguien que no siente lo mismo por mí, prefiero sacar mi lado de odiosidad y ver si esa persona sigue ahí y logra despertar mi lado amoroso, ese lado que muy pocas personas tienden a conocer.
Aunque sea una vez quisiera darme ese estrellón, para ver que siente caminar por el cinturón de orión, de su mano por las mañana mirar al sol, y descubrir los misterios del espacio exterior, es septiembre y todos lo saben, estar junto a ella ese 31 de diciembre mientras digan faltan 5 para un nuevo comienzo.
Caminar por la playa o incluso estar con ella cada mañana, por las tardes que me venga a visitar mientras vemos películas que nos cautivarán, quisiera algo como a 2 metros de ti, que sin importar un qué siempre estuvo ahí para mí, pero como todo buena cosa, se marchitan los pétalos de las rosas.
Es así, y no puedo hacer algo al respecto, o tal vez sí, pero no sé cómo hacerlo, sigo pensando en ese momento que pronto llegará, mientras tanto me preocupo por no ser un idiota y poner palabras en mi boca que no corresponden.