Noches de penumbra acechan mi final, el tiempo pasa sin existir mientras yo me quedo sin existir en el tiempo. Sonido lento y brisa suave es lo que pasa, mi mente se tambalea ante las neutralidad del momento; no puedo vivir mas así, la soledad de la muerte me acompaña en este sollozar de llanto petrificado..
La luna quita la arena de mis ojos fundidos, la nube negra manchada de rojo me incita a oler la sangre y el azufre. Marchita esta mi alma en este morir de un cuerpo fabricado para la muerte, mientras se abre el ultimo portal por donde puedo ver la luz del infinito. .
La cosecha de almas se acrecienta y el transitar de la serpiente infinita ya moldea mis últimos minutos. El rayo de la muerte es implacable, los pasos de los vigilantes palpitan lejos y mi escasos murmullos tratan de invocar al último adiós..
Muerte terrenal llena de misterios galácticos, donde la frontera del engaño se derrumba ante tanta iluminación. Solo espero volver a mi templo sagrado, ese que siempre estuvo dentro de mi y me recuerda que yo también puedo ser Dios .