Capítulo 3 - La Tercera Avenida
Comencé a pensar de camino aquel lugar, que todavía existían personas buenas, recordaba las palabras que mi madre decía: "no te canses de hacer el bien, algún día te lo agradecerán", la mirada de aquel joven me recordaba su dulzura y amor, era una mujer tan tierna y llena de sabiduría, quisiera haberme parecido si quiera un poco a ella, tal vez no sería tan amargada.
Comencé a recordar toda la alegría que en mi corazón existía antes de ella partir, como jugábamos por las noches en la cama, nuestros viajes en buseta, los abrazos infinitos, pero mi mejor recuerdo era cuando me dormía en cualquier parte, y ella sin importar mi tamaño y peso, me alzaba en sus brazos, recuerdo como veía el piso desde sus hombros, mis manitas colgando, y me recostaba en mi cama, con un dulce gesto de amor, recordar como rascaba mi cabeza en las noches que no conciliaba el sueño, solo para que pudiera dormirme. Calle por un momento y suspire, había olvidado lo afortunada que fui una vez.
Fundación Avivate y M.I.A.P.A.M
- He ¿otra vez perdida en el naufragio de tu corazón? - Había llegado a la Tercera avenida y ni lo había notado, el estaba justo delante de mí.
- Espero que las piedras hayan tenido una buena conversación contigo - Rio - Debes comenzar a mirar adelante, porque el suelo solo te recordara tus limites, mientras el horizonte siempre te gritara todo lo que puedes alcanzar si te atreves a soñar.
- Tienes una virtud para dejarme sin palabras, sacarme de dudas y al mismo tiempo enseñarme a soñar con solo una frase.
- Dije mirándolo con una mirada achicada.
- Que bueno, ese es mi objetivo. Siéntate, te daré un tiempo para desayunar, como te dije, no quiero que te desmayes.
- ¿Un tiempo? - pregunte con intriga.
- Si, un tiempo. En la vida hay cosas valiosas, pero en esa lista esta apuntado el tiempo, luego de perdido no lo puedes hacer volver para recuperarlo, luego del maltrato, no puedes devolverlo para tapar tu boca, el tiempo es un amigo que esta en tu historia en voz off, no puede hablar pero sus horas hablan por el, nos recuerdan si lo estamos aprovechando bien o lo estamos perdiendo.
Si pudiéramos llevar un apuntador de cuanto tiempo tenemos, creo no lo perderíamos, pero esa es la paradoja, solo los que verdaderamente lo están aprovechando, saben verdaderamente valorarlo, mientras que aquellos que lo están perdiendo, segundo a segundo están llamando a su fracaso.
Mientras comía, le pregunte - ¿Como pueden aprovecharlo entonces, si ya lo han perdido?
- Conoces el significado de redención?
Lo mire intrigada, pues no es un termino que se escuche a menudo.
- Es pagar un precio, para recuperar algo.
- Exacto, y si te dijera que ya el precio para redimir el tiempo se pago, que dirías?
- Que estas loco.
- Si casi siempre escucho eso, pero tranquila, eso no me afecta.
Los hombres han hecho de la vida una paradoja, creen lo que no deben e ignoran lo que es verdadero, aun sabiendo que es real, la lógica mata su sueño. Van por la vida creyendo vivir y han olvidado el verdadero valor de la vida.
- mientras hablaba no paraba de mirar una caja larga que siempre llevaba consigo, por un momento pensé ¿de que habla? ¿porque mira a la culpable de mi tragedia?
- ¿Sabes cuanto temen los hombre a la muerte?
- Creo que lo suficiente como para evitarla. Nadie quiere morir.
- ¿Y tu madre? ¿si quería hacerlo? - me miro fijamente.
No entendí su pregunta, fruncí el ceño a manera de refutar lo que el decía, pero de pronto me perdí en su mirada y viaje en el tiempo, olvide aquella ultima conversación que tuve con mamá, creo que fue mi bloqueo para evitar aceptar el dolor de su partida ¿como superaría que la luz de mi vida se fuere así? era mejor creer que nunca estuvo y suprimí todos mis recuerdos, fue como si nunca existió hasta ese momento.
Recuerdo estábamos en su habitación, todo el tiempo habíamos sido ella y yo, pero a pesar de esto ella nunca me dejo dormir con ella, afirmaba que me ahorraba muchos años de dolor, y no fue hasta su partida que lo entendí, si durmiendo sola no fue sencillo, haberla tenido a mi lado cada noche de mi vida y luego sentir su ausencia hubiere sido mucho peor.
Era la hora de su tratamiento, estaba preparada ya en la cama, por no poder trabajar a causa de su condición de salud repentina, ya no tenia para pagar una enfermera, por ello ella misma aprendió a colocarse la vía necesaria, aun con sus pocas fuerzas, con sus manos temblorosas, en algunos casos se puyaba hasta tres veces sin acertar, mis ojos se llenaban de lagrimas, pues quería ayudarla y no me dejaba, decía que era muy joven para llevar tal carga, y solo me pedía que fuera feliz, pero ¿como ser feliz? si la causa de tu felicidad yace en una cama padeciendo por algo que ni conoces; claramente ella no sabia que yo la veía desde la ranura de la puerta.
Al culminar de colocarse el tratamiento, corrí a sentarme junto a la TV, evitando que me fuera a descubrír, pero de pronto sonó el teléfono, a prisa me levante a atenderle. Jamás olvidare esa llamada.
- ¿Señora Braund? - sabia claramente que no era mama, pero ¿quien pensaría que una travesura se convertiría en un laberinto sin salida?
- Si ella habla.
- Le hablamos de la Clínica, los resultados de su quimioterapia están listos, puede venir a retirarlos mañana temprano, y si usted lo desea podemos leerle los resultados por este medio.
Sabia que mama se molestaría, si me incumbía en esto, pero necesitaba saber que estaba pasando, quería ayudarla.
Me dije, le ahorrare el viaje, los oiré y le diré, así le aliviaré la travesía, pero hubiera deseado jamás haber hecho esto.
- No deseo salir de casa mañana, quiero escucharlos. Luego los retirare.
- Le comunicó con su especialista.
Buenas tardes, Sr. Braund. espero pueda estar cumpliendo con su tratamiento, tengo fe de que le pueda ayudar a extender la esperanza en su vida.
Los resultados no fueron favorecedores, el tumor no a cedido si no que al contrario, reacciona con fuerza contra los medicamentos, va creciendo de manera acelerada, comprime sus neuronas, y el resultado de esto, no es bueno. Sr. Braund ya no se puede negar lo indetenible, suspenderemos las quimioterapias, y solo esperaremos a lo que sabe ocurrirá, prepare a su familia, pues solo le puedo calcular unos días de vida.
Bueno les invito a seguir y si quieres terminar de leer este capítulo 😉 puedes dirigirte al capítulo uno o dos y allí encontrarás el link de mi novela para seguir leyendo. Les bendigo en el nombre de Jesús.