Música e Inteligencia: ¿Se relacionan de alguna manera? |

Totalitariamente y de manera absoluta se relacionan de muchas maneras la música y la inteligencia. Y puedo dar testimonio de vida sobre esto.

El primer testimonio tiene que ver conmigo, nací en un hogar donde existía un sitio para la música. Yo diría como una especia de altar donde se disfrutaba de distintos idiomas, melodías, letras y canciones.

Pensaba yo que eso era normal.

En la mesa no se hablaba, se escuchaba música, en el carro no se hablaba, se escuchaba música, los amaneceres de los fines de semana se empezaban con música y ¿adivinen que? cuando se reunía la familia de disfrutaba de la música.

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Mi papá era de gustos muy bien identificables, así que si visitábamos a otros familiares, todo hermano o sobrino sabía cual debía ser el hilo musical.

Agradezco a mi padre el recorrido que me dio por el mundo a través de la música, fui formada para conocer nombre de agrupaciones, nombre de sus intérpretes e historias de vida que acompañaban la vida del artista o de mi padre justo cuando sonaba en la radio esa canción.

Porque era allí primeramente donde se ponía de moda alguna canción en tiempos pasados.

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¡Insisto!, yo pensé que eso era lo normal, pero resulta que al hacerme grande y al conocer otros hogares me di cuenta que en otras familias los noticieros, el silencio llenado con conversaciones y la poca música era "lo normal" o lo más común.

Me tocó salir a hacer pasantías y conocer el mundo laboral y me di cuenta que parecía un anciano en un cuerpo de joven y no estoy hablando de aspecto físico o achaques sino la cantidad de información musical que tenía en mi cabeza, simplemente el bagaje musical no era cónsono con mi edad.

Gracias papá por eso, tenías razón.

Esto me dio la ventaja de poder interactuar con cualquiera, de ganarme el aprecio de muchos que veían en mi alguien bien formado a nivel educativo, ¿y todo porque? por la música y la lectura.

El tiempo llegó y formé un hogar, las interacciones con la familia de mi esposo me hacía buscar una radio o una canción en medio de una familia que tenía característica más bien de ser "una familia periódico", porque los temas a conversar eran los mismos de los cuerpos del periódico: economía, política, deportes, editorial y si se tenía suerte farándula pero de música no, simplemente no era incluida en sus vidas.

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Cuando hice mi propio hogar me di cuenta que mi esposo y yo éramos y seguimos siendo muy diferentes, nos programamos de manera diferente: él empieza sus días con alguna noticia ¿adivinen como empiezo yo los míos?

¡Si!, así mismo, escuchando música.

¡Ahora bien!, la inteligencia, la creatividad, el saber escuchar, ¿saben a quien se lo adjudico?, a la música.

A la buena música.

Cuando salí embarazada de mi primer hijo y sabía que la sinfónica de Puerto Ordaz ensayaba en las escalinatas de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), allí estaba yo, o cuando habían actos culturales en la Universidad donde trabajaba allí estaba yo, paseando mi gran barriga y disfrutando de cómo se movía un bebé escuchando la armonía hecha canción de distintos instrumentos musicales.

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Para aquellos años, los periódicos más vendidos del país sacaban muchas colecciones y entre ellas una colección de Cds de música clásica de Mozart, Vivaldi, Schubert, Johann Sebastian Bach y Beethoven.

Todos los Cds que salieron los conseguimos ¿la intención?, colocárselas a nuestro primer bebé mientras dormía (y eso hicimos)

Sinceramente mi primer hijo disfrutó más de esta clase de actividades, cuando vino el segundo ya debía cuidar de dos y cuando llegó el tercero ya no sé en que casa y en que mudanza dejamos tantos Cds.

Y sinceramente el desarrollo cognoscitivo e intelectual de mi primer hijo fue más rápido que los otros dos. Y les estoy hablando de tres niños que están por encima de la media, pero el primero voló, el segundo corrió y el tercero camina.

Todo esto gracias a la música diría yo, así que puedo recomendárselo a cualquier futura madre sin ningún arrepentimiento.

A Dios gracias ninguno de mis hijos consume música basura (aunque debo confesar que si consumen música electrónica) que no tiene letra ni melodía y no la entiendo mucho.

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La música sin duda hace bien, en temperamento, disciplina, en inteligencia, conmigo funcionó y no sé vivir de otra forma que no sea con la música como parte de mi vida diaria.