20/09/2024...
No estaba en mis planes volver a estar junto a mi familia sino hasta el 1 de noviembre, reservaba el permiso de trabajo para esa fecha porque quería estar el 5 de noviembre en el cumpleaños de mi hija mayor y quería evitar pedir permiso antes de esa fecha para que no me lo pudiesen negar llegado el día.
Un mensaje de texto cambió todos los planes, mi querida esposa llevaba días diciéndome que se sentía mal, si recuerdas fue operada de la vesícula hace algunos meses (una operación inusual) y ha estado de reposo.
El menaje en cuestión fue diferente a los demás porque mi esposa me dijo que le dolía en una forma semejante a los días antes de la operación lo cual activó todas mis alarmas, pocos minutos después le notifiqué a mi jefe inmediato que inevitablemente viajaría el miércoles de la semana siguiente y al llegar a casa compre el boleto de avión. El día siguiente, en la reunión de las mañanas mi jefe por parte del cliente se enteró que me iba y luego de la reunión me abordó sobre el tema.
Cuando le conté lo que ocurría se conmovió porque resulta que él también es operado de la vesícula, así que sacó el teléfono y llamó al dueño de la empresa para que me consiguiera el boleto "para mañana",...
Lo cierto es que yo aún no le había comunicado al dueño de la empresa que me iba, si a mi supervisor inmediato y asumía que este le había dicho al dueño (cosa que no ocurrió), igual tenía pensado hablar con el dueño el fin de semana pero lo que no esperaba es que el cliente lo fuese a llamar en ese instante y que se fuese a enterar por boca de otro, eso no me dejaba muy bien. Por supuesto que a solicitud del cliente el boleto fue comprado para "mañana" y luego de esa llamada a los pocos minutos ya lo tenía en mi poder.
El cambio de planes hizo que ese día no trabajase sino que me dedique a prepararme para partir el día siguiente mientras explicaba a todo el que me preguntaba por que me iba las razones, todos son muy condescendientes y se han encariñado conmigo (tal vez porque soy el extranjero), también recibí la llamada de mi jefe (el dueño de la empresa) por supuesto, extrañamente no para reprocharme nada sino para ponerse a la orden y ofrecerme toda la ayuda que necesitase.
Así fue como el día siguiente llegó con tanta rapidez que solo recuerdo estar en el aeropuerto esperando el avión que me llevaría de regreso con los míos.
Pensaba en muchas cosas, ya habían pasado 3 meses desde la última vez que estuve con ellas, las llamadas telefónicas ya se estaban volviendo en interrogatorios sobre mi regreso, era lo que las niñas preguntaban con más frecuencia, ya la más pequeña soñaba conmigo casi a diario y se despertaba molesta porque quería seguir soñando ya que en la realidad yo no estaba.
Ahí sentado en espera del avión mis ganas de abrazarlas crecían, también tenía mucha preocupación por mi esposa, pero sabía que de ser necesario volver a operarla esta vez tenía los recursos económicos para llevarla a un lugar donde fuese mejor atendida y eso me hacía saber que el sacrificio de mi ausencia había valido la pena.
Entre pensar y esperar las 2 horas pasaron sin que me diese cuenta, así que llegó el avión que me llevaría a casa.
No tomé fotos del cielo, habían muchas cosas en mi mente... incluso durante el aterrizaje no padecí aquel mal insoportable que hacía preocupante mis viajes en avión (la cefalea del avión sufrida en viajes anteriores), al parecer me curé de ese mal y ya no lo padezco porque mi aterrizaje fue de lo más normal... o tal vez era una señal de que todo estaba bien y mis preocupaciones eran más de las necesarias... pronto lo iba a averiguar.
Solo le dije a mi esposa que regresaba ese día y ella no se lo había comentado a nadie en casa pero mi hija de 3 años andaba diciendo que su papá regresaba hoy del trabajo... misterios de la vida...
Así fue, llegué a casa... las niñas miraban televisión y caminé por frente de ellas como si nunca me hubiese ido (ignorándolas a propósito) ellas comenzaron a brincar de emoción, "papá regresó" decían una y otra vez mientras brincaban y sonreían. Así que me agaché y abrí mis brazos para recibir de ellas sus abrazos y besos.
Si, ya estaba en casa... también las había extrañado muchísimo, sabía que debía regresar al trabajo pero esta vez eso dependía de muchas cosas así que por el momento no quería ni recordar mi regreso, solo disfrutar esos momentos que uno no cambia por nada... esos donde sabes que hay seres por los que vale la pena emprender cualquier lucha.
Todo está bien, no te preocupes!
Ya te seguiré contando el resto luego.! Gracias por acompañarme una vez más.
Todas las imágenes son de mi autoría
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