Source: pixabay.com
La vida puede llenarse de espejismos, incluso mucho de nosotros vivimos en espejismos creados por nuestra intensa necesidad de alejarnos de la realidad. Estos espejismos cubren a las personas transformándolas en aquello que nosotros deseamos ver en ellas y no lo que realmente son. Una de las cosas más difíciles que he aprendido a lo largo de los años es precisamente a saber distinguir entre un espejismo y un hecho real, a saber cuándo debo dejar de mirar mi reflejo en el agua y concentrarme en mi propia existencia. Quizá, con el paso del tiempo haya quien dedique su vida a construirse uno o varios espejismos y encerrados en ellos el deseo de perfección entre el espacio y tiempo sea tan fuerte que les abrace hasta lograr que la perspectiva sea sólo la de ese mundo al otro lado del espejo donde nada malo puede suceder.
Living in mirages takes a very high toll when it comes to return, when walking through the still hot embers of our soil destined to be heaven and hell awaken in our bosom the impatient need to breathe reality. Tiredness is another of the fees to pay, it is exhausting to stay in a mirage, at the beginning it is fun but that fun turns from a forced labor into a slavery where our shackles chain us to those forms that we have created as perfect, those appearances that our unconscious despises for knowing what they really are and that our imagination arms in a continuous deception of limitations, because mirages are also limitations. The world of mirages has borders, limits that you can never cross, to do so is a one way road where awake and conscious you assume the error and direct your sight to the front to cross the curtain that does not let you see the reality. Life is more than a mirage, it is a daily construction based on truth, reason, hope, work and love.
Vivir de espejismos cobra una cuota muy alta cuando se trata de regresar, cuando caminar por las brasas aun calientes de nuestro suelo destinado a ser cielo e infierno despiertan en nuestro seno la impaciente necesidad de respirar realidad. El cansancio es otra de las cuotas a pagar, es agotador mantenerse en un espejismo, al inicio es divertido pero esa diversión se va tornando de un trabajo forzoso en una esclavitud donde nuestros grilletes nos encadenan a esas formas que hemos creado como perfectas, esas apariencias que nuestro inconsciente desprecia por saber lo que en realidad son y que nuestra imaginación arma en un engaño continuo de limitaciones, porque los espejismos también son limitaciones. El mundo de los espejismos cuenta con fronteras, limites que nunca puedes atravesar, hacerlo es un camino de ida donde despierto y consciente asumes el error y diriges tu vista al frente para atravesar la cortina que no te deja ver la realidad. La vida es más que un espejismo, es una construcción diaria basada en lo cierto, en la razón, la esperanza, el trabajo y el amor.