A lo largo de mí vida siempre hubo un gato en la familia, desde mí mas tierna infancia hasta hoy en día cuando tenemos dos gatos.
Ella es la “Ñeca” tiene 12 años, me la regalaron cuando era muy pequeña, estaba mal nutrida y con problemas estomacales, sobrevivió de milagro. Es muy tranquila pero se vuelve loca cuando tiene hambre, es puro dormir y comer.
Este es el otro, lo llamamos de muchas maneras pero mas que todo su principal nombre es: “MISO”. Siempre trae ratones, aunque no se los come, no le agrada nuestro perro y suele robar comida de los vecinos así haya comido. En general es un caso perdido.
Son buenos compañeros así peleen mucho por la comida, en definitiva no faltara un gato en mí casa y la mayoría de la mí familia piensa lo mismo.