Nuestra mejor versión
Hola amigos, hace poquito mi amigo Rubén, me trajo un libro que se llamaba un pequeño paso, que databa sobre el káiser, es bastante interesante el libro, el tema es interesante pero el libro está bastante bien expuesto y es que yo nunca me haya metido a investigar que era el tema del káiser, pero ya había oído hablar sobre el entonces me llamaba la atención y cuando empecé a ojear un poco el libro, me di cuenta de que surgía cosas que ya he visto del taoísmo, en concreto de una historia sobre el joven que quiere emprender un viaje de mil millas, pero que como es tan grande el viaje tan difícil tan duro nunca lo ha hecho, antes de empezar se sienta y se deprime y está todo decaído porque no cree que sea capaz de hacerlo, entonces el viejo taoísta llega y le dice no te preocupes, no te adelantes, no empieces a pensar en todas las millas que tienes que recorrer, yo ya conozco el camino, yo ya lo he hecho así que no te preocupes, yo te ayudo a llevar la mochila, conozco el camino, podemos parar después de un tiempo, un día o dos, disfrutamos del paisaje y seguro que no lo conoces, ni a las frutas que puedes ir comiendo del camino, es decir, no te preocupes, no te adelantes y date cuenta de que todos los viajes todos sean cortos o largos empiezan con un primer paso, un pequeñito paso y después otro pequeño paso y después otro pequeño paso y otro pasito y otro pasito.
Si nosotros queremos añadir algo a nuestra rutina, empezar un nuevo hábito o cambiar algo nuestra vida, a veces como estamos pensando en el objetivo, en ya por ejemplo, está súper en forma estamos pensando están súper en forma entonces, nos parece que el esfuerzo debe ser enorme para nosotros consigamos eso y que necesitamos una fuerza de voluntad inmensa para conseguir cualquier cambio o cualquier mejora nuestra vida, sin embargo, eso es el objetivo, eso puede ser una situación a la que llegamos después de años, entonces otra vez, la mente se mete entre medias y al final acabamos no haciéndolo, empezamos con los propósitos de años nuevo, este año voy a perder 20 kilos ahora entonces al final nunca se hace te apuntas al gimnasio pero empiezas a ponerte trabas al final no vas no haces ejercicio pasas y es todo el rato la mente, sin embargo, si nos centramos en las metas en muy pequeñitas metas tan pequeñas que no podemos decir que no, entonces, el cambio empieza a ser gradual y poquito a poco, poquito a poco, acaba teniendo efecto.
Hay muchos estudios científicos que demuestran que es mucho más beneficioso para el cuerpo, hacer cosas más gradualmente o tan intenso y luego seguido de periodos de inactividad es más natural y cuenta el caso de una mujer que tenía muchos problemas de sobrepeso, problemas familiares, de trabajo entonces no hacía nada ejercicio, para ella era imposible empezar a hacer ejercicio, pueden sacar media hora puedes hacer sin flexiones era impensable, entonces el escritor del libro le dijo vale empieza con una meta tan pequeña que no puedas decir que no, entonces para ella la meta pequeña que no podía rechazar, era andar durante un minuto en su cinta caminadora eléctrica en casa, entonces era un minuto quien no tiene un minuto al día para andar es una meta tan pequeña y tan asequible es un primer paso tan asequible, que no puedes decir que no y lo curioso es que cuando empiezas a dar este pequeño paso, este pequeñito pasado tan sí no algo empieza a cambiar, es decir estamos dejando lugar dentro de nosotros para esa cosa que nos hace falta y que sin embargo nos estamos negando a introducir nuestra vida y el cerebro y la química del cerebro empieza a cambiar.
Les cuento casos concretos míos, yo hace tiempo estudié coreano porque tenía tiempo, tenía muchas ganas y mucha voluntad, entonces empecé a estudiar coreano y estudié durante varios años, pero llevo un montón de años sin estudiar y me daba rabia, pero es que decía es que no tengo tiempo porque no puedo sacar media hora más al día para estudiar porque estoy haciendo muchas cosas ,porque no tengo tiempo, entonces aplique la técnica kaizen y dije vale voy a estudiar sólo una palabra al día, una sola que me lleva un minuto, dos minutos no más no hace falta más me pongo el libro en mi mesa donde trabajo para acordarme y con mucho disfrute con muchas ganas cada día porque no me satura, abro el cuadernito, veo una palabra la aprendo y la escribo varias veces y me lleva un minuto a lo sumo dos minutos y empieza a sentir genial porque estoy haciendo eso que yo necesitaba, eso que me apetecía hacer pero sin esfuerzo, sin nada de esfuerzo, y podemos aplicar esto a todo, a todos no sólo a las cosas que queremos implementar en nuestra vida, sino por ejemplo en la alimentación, es decir, si me suelo comer un montón de galletas al día porque no puedo parar de comer galletas, hoy voy a comer un trocito menos, solo el último bocado un bocado menos, después dos menos después una galleta menos, cada día un cigarro menos cada semana, un par de cigarros menos muy poquito a poco muy poquito a poco y el cerebro nuestro ser se va preparando, muy poquito a poco para ese cambio entonces empezamos a ser capaces de hacer cosas de las que no pensamos que íbamos a ser capaces.