El camino a tu felicidad no necesariamente es agradable... En el trayecto pueden haber personas, proyectos, sentimientos y pensamientos que debemos dejar atrás.
No les ha pasado que por admirar una piedra en el camino retrasan el trayecto por mucho tiempo? Estoy segura que tú respuesta será, si!.
Esa piedra se puede llamar miedo, dolor, apego y falta de límites. Nos aferramos a esa piedra con los ojos cerrados y llenos de lágrimas porque pensamos que no hay nada más allá del camino.
Nos llenamos de piedras, las coleccionamos pensando que esa es la respuesta o hace más corto el camino a tu felicidad... Buscas respuestas en todas aquellas cosas que nos podemos conseguir en ese paso.
Lo curioso del camino es que siempre nos conseguimos donde reflejarnos y es ahí cuando puedes mirar tus heridas, tus dolores, tus decisiones y tus desavenencias.
Entonces es ahí, cuando te das cuenta que para hacer espacio en tu mochila para aquellas cosas que curen y sanen tu corazón debes botar todas las piedras que recogiste en el camino... y te sientes... Mas liviana... Mas ligera... Mas humilde... Más en paz....
Ya no estás caminando en círculo, sino a una meta... A un lugar... A un hogar... A un alma...
Y ese lugar eres Tú.